N° 40 - Diógenes, el Perro

La obra maestra de Rafael Sancio “La Escuela de Atenas”, en el Vaticano, representa a los fundadores del pensamiento occidental: Platón y Aristóteles, en el centro y arriba, acompañados por los filósofos principales de la época clásica; más abajo figura Heráclito, el Oscuro, de la corriente dinámica de transmutación, y más abajo todavía, tirado en el último escalón, está Diógenes con su perro, de la Escuela Cínica. Estos sabios fueron los creadores de la filosofía razonada, del principio de la libertad social y la democracia. Para entender el significado en nuestro tiempo, fue pintada hace 500 años en el Renacimiento, habría que ponerla patas arriba y todos los sabios boca abajo, Diógenes en lo alto y Platón y Aristóteles cerca del piso.

Diógenes de Sínope, llamado el Cínico, el Perro (413-323 a.C), se caracterizaba por la ingeniosa manera de burlarse de las cosas y de los hombres, y despreció sistemáticamente todas las normas sociales, interpretando así la máxima: “Vivir de acuerdo con la naturaleza”. Igual que los perros, hacía sus necesidades en la calle y aún en las gradas de los Templos. Muchas veces los ciudadanos, indignados, lo molieron a palos, pero Diógenes el Cínico nunca se corrigió. Su filosofía prosperó varios siglos, hasta que el Cristianismo la dejó fuera de uso.

Con la desaparición de las normas tradicionales de la convivencia social a principios del siglo XX y la irrupción de fuerzas disolventes en todos los estamentos de la sociedad: modernismo, liberación sexual, drogadicción, satanismo, artes plásticas y literarias, cine y televisión, pobreza extrema en las metrópolis, corrupción política, etcétera, el cinismo ha regresado con violencia en todas partes, y “los perros”, que viven de acuerdo con su naturaleza liberal hacen sus necesidades impunemente en Bancos, oficinas públicas, Templos, libros, televisión, calles, escuelas, laboratorios y en cualquier lugar por donde circulen. Como en la Atenas antigua, los más altos dirigentes del mundo, incluso en la UN, hacen guerras aniquiladoras, destruyen naciones y someten a los pueblos en nombre de la libertad y la democracia, entidades que nunca tuvieron existencia real, al menos que se las mencione cínicamente.

El Tercer Milenio comienza con una propuesta de vida diferente a la descrita más arriba, fin de la Subraza Aria Teutónica, y es necesario caracterizar sin contemplaciones ese viejo sistema en descomposición si queremos comprender la Nueva Era. En Acuario la libertad es individual, íntima, egoente, no colectiva ni política, y brota en el alma por Renuncia. Igualmente, la democracia, que es un concepto político convencional de intereses creados, nada tiene que hacer en una sociedad donde desaparecerán los intermediarios entre el maestro y el alumno, entre el productor y el necesitado, entre Dios y el hombre. Cuando los seres aprendan a renunciar, a trabajar por trabajar, a dar sin esperar recompensa, siguiendo los preceptos de Buda, Jesús y el Maitreya, las leyes políticas y sociales quedarán excluidas, incluso la democracia de los cínicos.

Dice el Maestro Santiago en el Libro XVIII “El Camino de la Renuncia”, Capítulo 1, 6: “El renunciamiento es el camino de Cafh y no hay otro camino para la salvación del mundo. Esta doctrina fundamental no es nueva, sino es la de todos los Grandes Iniciados, de todos los grandes seres que han dado el Mensaje a la Humanidad y no fueron escuchados. Pero al Hijo se le ha concedido el don inapreciable, por el momento en que debe vivir, de saber que la Humanidad ha terminado su ciclo de evolución de permanencia oscilante, como las sombras que se reflejan sobre la pared del mundo, por el estremecimiento mundial de una fuerza verdaderamente sobrenatural, de una energía nunca conocida por el hombre, y alcanzar así una visión más clara de la realidad de la vida humana”. Esta Enseñanza fue recibida por el Maestro en 1955 del pensamiento de Savonarola, y lo que fue un don para sus discípulos directos ahora es patrimonio de la Humanidad y tema de Meditación en todo el Planeta.

Los cambios de una Subraza a otra son profundos y substanciales. Cuando los Teutónicos reemplazaron a los Celtas, durante la guerra de los 1.500 años, aniquilando a los Magos Negros Atlantes hace 240 siglos, en nada se parecían a sus hermosos antecesores; empezaron su camino desde la edad de piedra, con instrumentos primitivos en lucha permanente para sobrevivir. ¿Comenzaremos el nuestro del mismo modo, de la nada, en cavernas y desiertos? Observando la locura guerrera de la grandes potencias, tan parecida a la de los Negros Atlantes, pareciera que sí. Como están sentenciados a desaparecer arrasados en el torbellino letal, ¿qué quedará de los Acuarianos, cómo serán, cuál será la obra, en qué serán transformados? En las Enseñanzas del Maestro Santiago están profetizadas las nuevas formas de vida que el Fuerte Libertador pondrá en acción.

No hay conciliación, entendimiento o amistad entre los Acuarianos y los Teutónicos, como no la hubo entre éstos y sus enemigos. Vibran en ondas diferentes no conmutables y uno de los dos desaparecerá.

En estos tiempos de transición crítica, hay miles de millones de Teutónicos en lucha permanente y unos pocos Acuarianos, sin que puedan diferenciarse exteriormente unos de otros; mezclados, revueltos, actúan en la sociedad de masas colectivamente. Aún los hombres nuevos ignoran su identidad, no saben quienes son, no saben definirse. Hay una manera de descubrir que pertenecen a la nueva raza con un destino superior: identificarse con las Enseñanzas del Maestro Santiago que son los únicos documentos escritos probatorios al alcance de todo el mundo. Estas Enseñanzas provienen, como ya se ha dicho, de la Sagrada Orden Astral del Fuego, contienen la síntesis de la sabiduría de la Raza Aria desde sus comienzos hasta la culminación y por obra de Santiago Bovisio, ahora son patrimonio de la Humanidad.

El estudio de las Enseñanzas no sólo enriquece y perfecciona a las almas, sino que las identifica interiormente con su destino particular, alejándolas del cinismo de las masas que viven sin destino, sin identidad, abandonadas al capricho de los instintos. Transformadas en androides, van perdiendo sus cualidades humanas y, cínicamente, se entregan a los más degradantes placeres creyendo que en eso está la felicidad. La barca con su aguador avanza veloz por los mares de Acuario, mientras en las playas desiertas se amontonan los despojos del gran naufragio.

Es urgente que el lector profundice el Mensaje de la Renuncia para que germine en su alma y pueda determinarse sin vacilaciones. Nadie puede vivir en mundos opuestos y salvarse. Si, o no: con los cínicos que ensucian la Tierra y allí perecerán, o con los seguidores del Maitreya que les enseñará a vivir en la ofrenda, en el sacrificio de holocausto, en la mística de la ceniza. Tal vez más importante y valioso que el desenvolvimiento espiritual sea la voluntad de tomar una posición clara y definitiva frente a la vida. La Renuncia no admite ambigüedades, ni tolera el cinismo de la doble personalidad que hoy domina todos los estamentos de la vida social. Si se quieren pruebas véase la ciudad de Buenos Aires, día y noche, con piqueteros bloqueando avenidas y puentes, cartoneros desparramando los bolsones de basura por las veredas, miles de vendedores ambulantes vendiendo porquerías a la puerta de los negocios, adolescentes consumiendo cerveza y marihuana en las plazas del centro, y los centros comerciales de gran lujo, las cínicas vidrieras de modas, los autos más costosos, las mansiones en barrios exclusivos. Esta duplicidad de Buenos Aires, y demás ciudades del mundo, está conduciendo a los hombres a la aniquilación existencial, a la nada, al Apocalipsis.

La máxima de los antiguos cínicos “Vivir de acuerdo con la naturaleza” se ha convertido en estos tiempos postmodernistas en publicidad del consumismo, ruptura de las normas, incluso las de la naturaleza, satisfacción de los impulsos instintivos y una exhibición masiva y pública de las capacidades de degradación de la condición humana. La televisión es prueba de hasta dónde pueden llegar los hombres. El Maestro Santiago llamaba al mundo: “Este infierno permanente”, y el Papa Pablo VI declaró: “El demonio es el amo de este mundo”.

Frente al terrible fin de la vieja época con sus maldades y destrucciones, ahora se levanta el Fuerte Libertador con las nuevas leyes de Acuario que todo lo cambiará desde la raíz, desde Él mismo hacia el mundo, con hombres que trabajarán con un corazón desapegado en una sociedad sin intermediarios, desde adentro hacia fuera, siempre. En las Enseñanzas del Maestro Santiago están explicadas las formas y las tareas de lo que vendrá; constituyen un adelanto de preparación para los Acuarianos que están naciendo y preparándose para actuar pese a las graves dificultades que tendrán que afrontar. Ellos vibran en la nueva dimensión del Gran Iniciado Solar que cubre el planeta con su aura, así como los monitores captan las ondas del espacio electro magnético y las transmiten expandiendo las Enseñanzas en todas las naciones. Las vibraciones del Maitreya son análogas a las ondas ultracortas, aunque de un nivel superior, del cuarto grado de la dimensión espiritual, al cual pertenece. No hay equipo terrestre, por más sofisticado que sea, que pueda captarlas; únicamente el corazón humano, depurado de apegos y pasiones, un corazón de Renuncia, puede recibirlas, traducirlas a la dimensión humana y entregarlas al alma.

Así se comprende el “Himno al Maitreya”, del Maestro Santiago que figura completo en los “Comentarios” del sitio web en lenguaje místico y explica las comunicaciones del Gran Iniciado Solar con las almas que estén preparadas para recibirlo. Sin intermediarios, sin iglesias ni religiones, en la nueva vibración que ya se percibe en el espacio magnético de Acuario, enseñará directamente al alma el Camino del Amor.

Himno al Maitreya

Amado Maitreya: habítanos.
Revélanos el misterio del amor.
Soledad inconmensurable del que sin ser humano vive entre los hombres.
Y se hace hombre en el más puro, insondable acto y sacrificio de amor.
Pureza, luz eterna de un amor sin mancha.
Sólo, y a su vez uno con las almas.
Te llamamos a las puertas del Divino Santuario.
Te glorificamos para ser elevados al Amor.
Te adoramos en el fondo más profundo de nuestro corazón.
Húndenos más y más en el centro del corazón, donde todo es quietud, sosiego y calma.
Dejar de ser una ilusión. Pongo en tus manos divinas mi pequeño corazón.

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José
Diciembre de 2003


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