N° 75 - La Barrera Radiante

En la Reflexión anterior hemos declarado que el Gran Iniciado Solar Maitreya, con su Aura Planetaria Global, ha establecido una barrera que nos envuelve y penetra sin excepciones, y que esa marca establece el punto de inflexión entre la involución que ha caracterizado la historia humana desde el principio y el nuevo camino de evolución que inaugura la Era Americana de Sakib. Queremos ampliar los conceptos allí enunciados, que son de gran importancia, no sólo para comprender los acontecimientos destructivos universales que sacuden la sociedad moderna, sino, además, porque señalan los nuevos rumbos de la vida espiritual, las doctrinas de la redención y la responsabilidad que el Ser Divino asigna a cada uno individualmente, todo esto explicado en las Enseñanzas del Maestro Santiago y en las revelaciones del propio Maitreya, que ya hemos dado a conocer en este sitio de Internet. No están ocultas; todos las conocen.

La tradición universal asigna a los Grandes Iniciados Solares, Manú, Rama Krishna, Buda, Jesús, un poder ilimitado sobre los hombres de escaso desarrollo integral que en esta etapa se encuentran en el escalón más bajo de la involución, mezclando sus capacidades con las de los animales y los detritus. Las extraordinarias conquistas de la ciencia y la tecnología fueron alcanzadas por seres muy desarrollados, Iniciados Lunares y del Fuego, que a lo largo de los siglos aportaron a la Humanidad los beneficios de sus descubrimientos. Pero las colectividades que abrumaron con su presencia masiva los estadios, la televisión y el cine, las calles de las metrópolis y los transportes, no son creadoras, sino parásitos codiciosos de los dones que otros han aportado. La inteligencia está siendo transferida a los ordenadores y los hombres, que sólo buscan placer, quedan vacíos, con surcos cerebrales borrosos e inactivos. ¿Para qué esforzarse, dicen, si la inteligencia artificial ofrece todas las soluciones que la vida moderna necesita? Las quejas de los responsables de la educación en todos los niveles son universales, por el bajo nivel de inteligencia de los estudiantes; los exámenes de admisión a las Universidades señalan un fracaso general. Los críticos sociales culpan a programas educativos poco eficaces como la causa de los fracasos, pero la evidencia señala que las últimas generaciones de jóvenes, aún los de clase alta que cuentan con medios abundantes para capacitarse, tienen cerebros dormidos o paralizados. La nueva pandemia que ataca a la juventud es la atrofia mental, por transferencias de materia gris a las computadoras y, reversiblemente, las máquinas transfieren su inteligencia artificial a los jóvenes, como puede comprobarse en el lenguaje primitivo de los que se comunican por el Chat de Internet, E.mails, juegos electrónicos y dibujos animados; están regresando a niveles lemurianos de comunicación con gritos, expresiones, gestos y gráficos incomprensibles.

En los relatos simbólicos del Génesis hay uno extraordinario que describe una situación semejante a la actual que explica el significado de la barrera que el Maitreya ha impuesto a los hombres. Dios había prohibido a Adán y Eva que comiesen los frutos del árbol del bien y del mal que había en el centro del Paraíso. Ellos desobedecieron. Dios los expulsó del Paraíso y puso en la entrada un Ángel guardián con una espada llameante para que no entrasen, porque todavía quedaba el árbol de la vida, que daba la inmortalidad. Pasaron las edades y los hombres han conocido todas las experiencias, buenas y malas, y ahora han develado la parte física del árbol de la vida, el genoma, con el cual pueden construir quimeras. La barrera radiante lo impide. Quien cae por debajo de esa puerta no tiene retorno al ordenamiento humano, así como Adán y Eva no volvieron jamás al Paraíso. Jesús, en su mensaje anterior, prometía su reino, que no era de este mundo, sino del Cielo. Ahora, en su regreso, anuncia la perfección integral desde dentro de cada ser y ha establecido una barrera vibratoria para que nadie intente nuevas locuras. Las manifestaciones visibles de la barrera radiante, o espada llameante del Ángel, se pueden observar, por ejemplo, en los fuegos ardientes del Cercano Oriente, antiguo escenario de la Pasión de Jesús.

Un científico inglés, profesor de Cambridge, muy conocido, preguntó recientemente en Internet cuál sería la mejor supervivencia de la Humanidad que no tiene probabilidades de seguir adelante, habiendo llegado al borde del abismo. Las respuestas fueron miles de todo tipo, y la que habría propuesto este científico era emigrar a otro mundo, en otro sistema planetario de la galaxia. Prácticamente es la misma propuesta de Jesús cuando afirmaba que su reino no era de este mundo. Por el contrario, en la actual encarnación, Jesús-Maitreya, dice que se ha metido dentro de cada individuo y que desde allí lo elevará a su perfección. La supervivencia humana está aquí, trabajando cada uno en su perfección integral. Quienes no lo consigan desaparecerán para siempre y los que queden seguirán adelante, aunque sean pocos. La barrera radiante marca la división entre la degradación de la condición humana, sin retorno, y la evolución hacia las nuevas formas de vivir guardadas en el alma.

La barrera radiante no es un código moral sobre el bien y el mal, como las Tablas de Moisés: “No matar, no robar, etc.” Es una nueva estructura vibratoria que envuelve al planeta con todo lo que contiene, incluyendo los hombres, físicos y astrales, que brota desde el Maitreya y depende de Él, que tiene los controles en sus manos. La tecnología desarrollada por el hombre en el espacio cibernético ayuda a comprender este mundo que se inicia y al cual no podemos eludir. Quienes no ajusten sus fuerzas mentales con las ondas vibratorias del Gran Ser no tienen posibilidades de sobrevivir; perecerán cuando les llegue el turno y no volverán; quedarán, como ya está ocurriendo, en el plano de los detritus elementales. Medítese sobre el Curso “El Devenir” y se comprenderá que les será imposible reencarnar. Recuérdense las rebeliones carcelarias, las matanzas de Medio Oriente, la barbarie invadiendo las grandes ciudades, la violencia en las masas humanas que se extiende por todas partes, los fanáticos exaltados de la televisión y se comprenderá que las probabilidades de volver a la vida en el planeta dentro de siete siglos son pocas. El escalón que ha impuesto el Maitreya está muy alto. El Maestro Santiago creó las Comunidades de Ordenados dentro de Cafh, pero los aspirantes no perseveraban; por eso siempre fueron pocos en su tiempo. Decía: “Si quisiera muchos Ordenados los tendría, aflojando la Observancia al Reglamento. Pero la Divina Madre quiere Hijos Perfectos, por eso “La Puerta Santa”, que se abre una sola vez, tiene un umbral muy alto”. Lo mismo podría decirse de la Barrera Radiante del Maitreya. La Ordenación de Comunidad siempre fue considerada en Cafh el modelo de la raza futura. Aquéllos que quieran sobrevivir estudien y mediten en los cuatro Cursos sobre las Comunidades: “Interpretación para Ordenados de Comunidad”; “Intimidad de los Perfectos”; “Superiores de Comunidad” y “Conferencias de Embalse”. Allí encontrarán las ideas y los ejemplos apropiados para sobrevivir en el mundo presente, cualquiera sea la situación personal de cada uno, porque la clave es elevar el nivel vibratorio interior a la altura de la Barrera. El mismo Santiago Bovisio, en los recreos de Comunidad, señalaba a los Ordenados que dentro del Radio de Estabilidad la vibración era distinta a la de afuera y que incluso los pastos y las plantas tenían diferentes colores astrales en ambos lados del alambrado que separaba el área; la perfección en el cumplimiento de la Observancia marcaba la diferencia. Ahora, los aspirantes a la perfección de la Renuncia pueden elevar el Ired de su Radio de Estabilidad, por más pequeño que sea, el jardín de la casa, su habitación particular, protegiéndolo del mundo con rectos pensamientos y buenas intenciones en las horas de meditación.

Con las ideas que nos aporta el comunicado del Maitreya y que el Maestro Santiago ha explicado maravillosamente en La Perfección Integral, podemos comprender mejor la Doctrina de la Renuncia, único camino de salvación de la Humanidad. La Renuncia es algo vivo, real, activa, dentro y fuera de la piel, es la nueva estructura espiritual moviéndose en el espacio vibratorio de Acuario, cuyos límites e intensidad los establece el Gran Ser con su propia vibración para cada individuo, porque el hombre es el estilo y la medida de su perfección.

La Renuncia es una realidad activa en el ser, no una ideología, una ilusión o una palabra vacía. No pertenece a las religiones monoteístas que se satisfacen con una adhesión declarada al Dios personal que las identifica, sino al auto conocimiento del ser, al esfuerzo continuado de perfeccionamiento, paso a paso, etapa tras etapa. El avance progresivo en el Camino de la Renuncia no consiste en acumular dones ni bienes, espirituales o físicos, sino, al contrario, en el desprendimiento de los que agobian al ser y lo mantienen sumergido por debajo de la barrera de supervivencia. Como el náufrago que ha caído al mar y se hunde porque está pesado tiene que vaciar sus bolsillos, sacarse los zapatos, la ropa y empezar a bracear.

La Barrera Radiante está alta, muy alta y los ignorantes se extravían en los embravecidos mares de la vida moderna. Si no consiguen la ayuda del Maitreya, no lograrán la salvación. El Redentor esta vez no se subirá a ninguna Cruz para asumir pecados de otros; los acompañará cuando ellos tomen la cruz que les corresponde. Se ha producido una reversibilidad analógica completa entre la primera vez y la segunda vuelta.

El programa del Maitreya comprende a todos los hombres sin exclusiones según las capacidades de cada uno, independiente de los cultos y las razas, en el nivel evolutivo que se encuentren y a partir del límite vibratorio que hemos llamado la Barrera Radiante. Religiones, sectas, creencias, dogmas, doctrinas y rituales que hasta ahora han separado a los pueblos en nombre de los dioses que representan han concluido sus misiones. Como dice la Enseñanza de Siva: “Destruye todo lo que encuentra a su paso y cuando no encuentra adversarios, se destruye a sí mismo”. Está sucediendo ahora con los pueblos monoteístas enemigos, destruyéndose unos a otros hasta desaparecer.

La Barrera Radiante individual en la zona donde se mueve cada uno es espesa y está mezclada con acciones, deseos, instintos, recuerdos y sueños antiguos. La llave que la diluye está en nosotros, y el Fuerte Libertador conoce el secreto de las almas para activarla. Las promesas se realizan en las horas de supervivencia cuando los abismos de tinieblas se transforman en una montaña de luz.

José González Muñoz
Julio de 2006

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