N° 104 - Pasan los Años Han transcurrido 47 años desde la desaparicion del Maestro Santiago Bovisio, fundador de C.A.F.H y redactor de la Doctrina de la Renuncia, ampliamente difundida y resguardada por la Edición Canon impresa en Español y Portugues. En esos años desaparecieron tambien sus creaciones: la Sagrada Orden y el Reglamento Perpetuo, y la mayor parte de los discipulos que lo conocieron. Quedamos unos pocos Ordenados de Comunidad que ingresamos jóvenes, pero ahora estamos muy viejos. La mayor parte de los miembros de la actual Fundación Cafh nunca conocieron al Maestro y tienen otras ideas. Las Enseñanzas de Santiago Bovisio, publicadas en Internet en varios idiomas, constituyen un caso único en la Historia de las Religiones; por vez primera el programa de realizaciones de una nueva época, Americana, es presentado con anticipacion mucho tiempo antes de la aparicion del Fundador de la Raza, anunciándolo e, incluso, adelantando algunos de sus objetivos principales. Sabemos mucho de las ideas que desarrollará el Maitreya, pero no sabemos nada de él como persona. Si ya está viviendo en algún lugar no sabemos dónde ni qué apariencia tiene. Por ciencia asotérica y porque está escrito en algún lugar de los Evangelios, es la reencarnación de Jesús. Esta vez será el triunfador. La aparición de Jesus en Galilea fue sorpresiva y se valió de sus poderes sobrenaturales para ser reconocido por el pueblo. No había antecedentes en Israel, sino una vaga alusión a un Mesías impreciso mezclado con los Profetas. Su acción de tres años fue repentina y mayormente rechazada por el pueblo. Pasaron siglos hasta que el impactante símbolo del crucificado se extendiera por Europa, borrando todas las otras creencias. De las ideas originales de Jesús poco se sabe; la doctrina cristiana fue obra de los Padres de la Iglesia, los filosofos y los Concilios. Buda tampoco tuvo anuncios previos y enseñó muchos años en Nepal hasta ser reconocido. Murió viejo, pero no dejó nada escrito. Las ideas de la renunciación fueron transmitidas oralmente entre los discipulos hasta que siglos después se fijaron en el Canon Palí. Lo mismo puede decirse de Krishna, cuya extraordinaria doctrina hay que estudiarla en al Bagavad Gitá, base de las creencias hindúes. Pasan los años, el hechizo de la personalidad del Maestro se borra de la memoria de sus Hijos, casi todos muertos, las obras que construyó están abandonadas, cubiertas por la maleza, y la distancia entre el Maestro viviente y la realidad cotidiana se agranda continuamente; ahora, Santiago Bovisio es un mito para algunos fieles; para otros es nada. La dinámica de la Historia es positiva y mueve las acciones humanas con nuevos impulsos. Quienes olvidaron están experimentando la triste realidad de todos los días, cayendo en el abismo de la destrucción. Los nuevos, lectores de las Enseñanzas en los más apartados rincones de la Tierra, experimentan el mito, de una riqueza insospechada, renovada por la cambiante Historia de cada día como antes no se había conocido. Tomemos un ejemplo: En las Enseñanzas se habla de la confrontación atómica de las dos grandes potencias de ese momento: la U.R.S.S. y Estados Unidos, en el sueño del oso y la leona. Pero ahora hay diez potencias atómicas que se odian a muerte y en cualquier momento puede producirse un accidente. Otro ejemplo: La disolución de la Unión Soviética y su extraordinaria recuperación económica y militar en diez años. Otro: La aparición de China en el escenario mundial, la nación más rica del mundo. Otro: La decadencia económica y moral de los Estados Unidos. Todo esto, el mito del Maestro Santiago, la expansión de su Mensaje, más la exploración de las Enseñanzas revelando sus incógnitas, preanuncian al Maitreya y la vigencia de una nueva época. Las leyes de la Renuncia van adquiriendo fuerza y convicción a medida que pasan los años porque los acontecimientos internacionales confirman las premoniciones del Maestro Santiago. Medio siglo atrás, con las bombas atómicas en manos rusas y norteamericanas, satélites artificiales y las primeras computadoras, el terror nuclear dominaba la opinión pública; se construían refugios antiatómicos hasta en los jardines de las casas. En aquellos años se vivía psiquicamente el holocausto nuclear. El Maestro Santiago tenía otra opinión: la civilización desaparecería por degradación del ser humano a nivel animal instintivo y es lo que estamos viendo en la sociedad presente; cada día hay más androides degenerados, detritus elementales en todos los estratos, desde las casas presidenciales hasta las villas miserias. La primer Enseñanza: Hidrochosa, comienza diciendo: “Ideas y obras nuevas se preparan para el mundo. Si la raza del cristiano signo del Pescado ha desarrollado en alto grado los estados de colectividad, los grandes movimientos y organizaciones en masa, la sexta subraza desenvolverá de un modo especial la egoencia del ser”. La reversibilidad completa es característica del cambio de razas; la civilización vigente tiene que desaparecer para que la nueva pueda crecer y desarrollar sus ideas sin restricciones, libremente, como un recién nacido. La Sagrada Orden C.A.F.H., madre de la Doctrina de la Renuncia, se terminó hace tiempo, dejando cenizas que el viento de los años va disipando, para que se produzca la expansión del Mensaje, fenómeno visible y planetario de los ultimos diez años. Las ideas que nacieron en un grupo de almas y se probaron en la vida de comunidad, ofreciendo modelos de vida ejemplares, como una prueba de laboratorio, no fueron dadas a esa minoría para beneficio de ellos solamente, sino para la Humanidad. Es lo que está ocurriendo. Desapareció C.A.F.H. para que todos los hombres, sin necesidad de votos ni organizaciones, puedan acceder individualmente, sin intermediarios, a las ideas del futuro. Luego, cada uno decide y le da la forma que más le convenga. Pasarán los años, vendrán los siglos, la vieja civilización de masas caerá más y más, y como pasó con Cafh quedarán cenizas y ruinas desoladas, la Tierra renovará sus esplendores de antaño y unos pocos hombres predestinados ahondarán las Enseñanzas hasta construir cada uno su egoencia. El Mensaje de la Renuncia es para individuos, no para las masas. La Religión Cristiana es opuesta doctrinaria y operativamente a la Renuncia enunciada por el Maestro Santiago. Las grandes corporaciones económicas son contrarias a la egoencia del ser. La civilización que se va deja el espacio libre para la acción de la Naturaleza y para los pocos hombres que han aprendido los programas de desenvolvimiento integral de la nueva raza. Si se leen atentamente las Enseñanzas y el Reglamento Perpetuo, se verá que C.A.F.H. era el marco perfecto para que esos ideales pudieran cumplirse y conducir a las almas a la plena satisfacción de la vocación, como tantos ejemplos de Comunidad. Pero era un marco, una jaula dorada para la vivencia del Mensaje que, en esas condiciones, dejaba de serlo: era una posesión. Peores fueron las reformas y modificaciones de los continuadores porque en vez de abrir la jaula, la dejaron completamente cerrada. No. C.A.F.H. tenía que desaparecer para que las ideas que contenía, legado de los Santos Maestros, pudieran volar libremente, buscando su destino. Y se hizo velozmente; en diez años estan en manos de sus libres destinatarios: los hombres de todo el mundo. Cuando la Sagrada Orden funcionaba normalmente en vida del Fundador, las Enseñanzas eran comprendidas espontáneamente. Los Grupos, los Oradores, los Superiores ofrecían sin restricciones los dones de la sabiduría propios de la Orden. Mayormente no habián dudas, ni crisis; si aparecían, la persona se apartaba suavemente y el Cuerpo Místico permanecía siempre intacto: tenía el don de separar los elementos extraños. Con las reformas se produjeron brechas por donde penetraron elementos extraños al cuerpo místico afectándolo de males insalvables. Y ése fue el principio del fin. Desaparecida la Orden, el Mensaje ahora va dirigido a hombres que no tienen regulaciones. La única guía son las Enseñanzas. La explicación de las Enseñanzas en este momento necesita una pedagogía diferente a la que se utilizaba en las reuniones semanales: los oyentes eran no más de siete personas por grupo que el Orador conocía bien, identificados en sus caracteres típicos y podía reiterar los conceptos tantas veces como fuera necesario. Jesús tenía dos maneras de exponer sus ideas: A sus discípulos les hablaba directamente, nombrando las cosas por su significado esotérico, según la sabiduría tradicional egipcia: la vida, la renuncia, las posesiones, la perfección, etc. Al pueblo, que iba y venía ocasionalmente, le hablaba con parábolas, relatos, fábulas sencillas para que quedara una semilla. Las Enseñanzas fueron escritas por el Maestro Santiago Bovisio con la ayuda de Santos Maestros. Además, sus dotes privilegiadas le permitían incursionar en el mundo astral, ver directamente la Gruta de Ras, la vida interior de la Tierra, los chacras del cuerpo humano, etc. Conservaba también imágenes de su vida anterior en la época de Akenatón y podía describir la Guerra de los Dos Soles como testigo viviente. Pero no había un solo Hijo en la Orden que pudiera acercarse a tan vastos conocimientos. Era un solitario. Escribió para el futuro, para los sabios de Acuario, que vendrán cuando el planeta está depurado y nuevamente surjan las Escuelas de Iniciación preparando científicamente a los discípulos. Las Enseñanzas son su legado. Mientras tanto, a medida que pasen los años, aumente la confusión y el caos de las ideologías, llevando a la Humanidad a la desesperación, nuestra responsabilidad como guardianes del Mensaje de la Renuncia, será resguardar la Doctrina tal como la dejó el Maestro, porque será la piedra fundamental de la obra revolucionaria que el Maitreya está construyendo en el mundo. Y la mejor caja de seguridad es el alma de cada hombre, sin excepciones, sabios, humildes, ricos, pobres, delincuentes, santos, estudiantes, campesinos, obreros, todos, miles de millones. El Maestro Santiago pedía una expansión universal. Ha comenzado, tiene masa crítica para seguir creciendo por sus propios medios en Internet y comunicando las Enseñanzas de alma a alma. Se abrirán cientos de flores y con los siglos, a mitad de la Raza Americaca, los predestinados cultivarán de un modo especial la Egoencia del Ser. José González Muñoz Abril de 2010
E-mail: info@santiagobovisio.com
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