N° 134 - Contradicción analógica Cuando la guerra en China entre los ejércitos nacionalistas y los ejércitos comunistas estaban en los combates finales circuló por todo el mundo un librito sobre las contradicciones en las luchas políticas, el librito rojo de Mao Tse Tung, breve y de bolsillo, donde el líder chino explicaba al pueblo las ideas básicas para llevar una gran obra, en este caso la liberación de la nación china, hasta el triunfo final. La clave de ese triunfo, si recuerdo bien, consistía en manejar las contradicciones hacia fuera, liberando al pueblo de las mismas. Mao, el gran timonel como lo llamaban, fue magistral en ese arte hasta el final de su vida, a veces no comprendido por sus compatriotas. El manejo eficaz de las fuerzas revolucionarias chinas se produjo con la Revolución Cultural que expulsó la contrarrevolución que se estaba gestando en las clases medias y los intelectuales. Los que gestaron la grandeza actual de China fueron estudiantes de la Revolución Cultural. En cambio la Unión Soviética, que después de la crisis de los cohetes cubanos siguió una línea recta estalinista, asumiendo las contradicciones internas del Partido, sin cambios, se disolvió fácilmente con Breshnev, Andropov, Kirilenko y siguientes. No pudieron resolver sus contradicciones. La disolución fue la contradicción consecuente, inevitable y ahora, la Federación Rusa, más compacta y gobernable, es más fuerte que antes y los rusos viven mejor. La Naturaleza permanece joven y se perpetúa por las contradicciones que mueven sus acciones en un juego maravilloso que la embellece: el día y la noche, el invierno y el verano, el nacimiento y la muerte, etc. La vida es contradicción. La Luna, que es estéril, no tiene contradicciones, seguirá en línea recta hasta el estallido final. Así son todas las cosas muertas, inmóviles, no contradictorias, que se alejaron de la vida por temor, o porque cumplieron su ciclo, o porque otras corrientes más vigorosas las dejaron atrás y perdieron el rumbo de la evolución. Este fenómeno, tan útil para comprender el futuro, se puede apreciar en las etapas de la historia. Por ejemplo, estamos presenciado el derrumbe de la Iglesia Cristiana, inevitable, que se aferró a la línea de los dogmas medioevales, rechazó las propuestas de los descubrimientos científicos, los avances de la revolución social del siglo XIX, los cambios en las relaciones familiares y se atrincheró en el dinero, el aparato de los ritos espectaculares, la colusión con los poderes políticos y el rechazo a la juventud. Esta Iglesia no practica las contradicciones. En el Curso “La Renuncia en el Mundo y en las Almas”, el Maestro Santiago da un ejemplo sencillo sobre la ética de los contrarios, o contradicción analógica. Dice así: “Aquí nuestros Hijos han plantado la semilla de un manzano, con el tiempo determinará su vida en árbol y éste dará frutos. Es el producto final del resultado de todo el esfuerzo, es su resultado anímico. Pero si dejamos el fruto en el árbol, se pasa, se pudre, de no existir una reacción que corte el método de la línea recta, es decir, arrancarlo para satisfacer el sentido alimenticio que la manzana ofrece al ser humano. Este acto, contrario al de producir el fruto, se amalgama con él y ofrece el ejemplo de la ética verdadera.” La historia de Cafh ofrece un ejemplo clarísimo de contradicción analógica que es necesario explicar porque todavía hay personas que pertenecieron a la Orden y no entienden qué pasó; hay muchas más que tienen en sus manos las Enseñanzas y el Reglamento y no comprenden las contradicciones entre estos documentos y la expansión del Mensaje de la Renuncia entregado a toda la Humanidad. Para ingresar a Cafh a partir de 1937 el aspirante necesitaba muchas condiciones anímicas y un largo tiempo de preparación. Después, si era admitido, quedaba sujeto con Votos progresivos de Silencio, Fidelidad, Obediencia y Renunciación, hasta llegar a los más altos grados de compromiso perpetuo que nadie podía disolver, sólo la muerte. Pero si se producía una dispensa o un despido en cualquier momento, la persona estaba obligada a no hablar de Cafh nunca, su Voto de Silencio era perpetuo. Esa obligación moral se cumplió siempre aunque pasaran muchos años de la separación de Cafh. El Maestro Santiago estimaba, así lo declaró a sus amigos, que viviría hasta los noventa años y fue regulando las distintas etapas de la Obra según ese tiempo supuesto. Cuando fue el momento adecuado creó la Comunidad de Ordenados en 1953 y cuando llegó otro tiempo clave, en 1957, redactó “El Camino de la Renuncia”, que contiene muchos puntos contradictorios con Enseñanzas anteriores. Pero en 1962 murió imprevistamente, dejando inconclusa su Obra, llamado por los Santos Maestros para cumplir una misión extraordinaria. Tendría que ser muy grave esa misión para que el Maestro no terminara su Obra que había empezado, Cafh. Hemos explicado en una Reflexión anterior su rol en la crisis de los cohetes en Cuba. Pero antes de morir, dejó el extraordinario Mensaje de Plenilunio de 1962, “La Expansión”, totalmente opuesto a los Votos de Silencio y Fidelidad en los cuales estábamos formados por muchos años. Este Mensaje fue su testamento espiritual. Pasaron los años, el mundo fue cambiando transformándose, la sociedad argentina donde se asentaba la conducción de Cafh experimentó cambios durísimos, dictaduras, desaparición de miles de jóvenes disidentes, los Colegios de Embalse y San Ignacio fueron ocupados por el ejército, se detuvieron a Superiores y las Tablas se encerraron en sí mismas, como parroquias vecinales tratando de pasar ignoradas. El Mensaje de la Expansión nunca se cumplió ni en pequeña escala, las Enseñanzas se escondieron, los Colegios vacíos se convirtieron en fábricas de pizzas y alfajores, lo mismo en Brasil y otros lugares de América. Como la limosnería seguía funcionando proveyendo recursos monetarios se compraron inmuebles y se construyeron casas de retiro lujosas en Sierra de los Padres, Campos de Jordao, Wildomar, Costa Rica, etc. No se daba nada. No se renunciaba. Se acumulaban posesiones y divisas en Estados Unidos y la fruta del manzano, madura para la expansión empezó a podrirse. Desde la muerte del Maestro Santiago no se habló más del Maitreya ni de las propuestas de la Nueva Raza. Tampoco se enseñaban las cualidades de Acuario ni del futuro. El Maestro Fundador fue considerado un anticuado y se presentaron otras ideas extraídas principalmente de las sectas norteamericanas, como expansión de conciencia, el control mental, etc. Las Enseñanzas que había escrito Bovisio fueron modificadas, se cambió el Reglamento Perpetuo, Cafh dejó de ser una Orden Espiritual para ser una Fundación registrada en la burocracia del gobierno, los Hijos se fueron y vinieron otros socios desconocidos. Las manzanas del ejemplo anterior se pasaron y cayeron al suelo. Cafh se terminó hacia el año 1984. El año 2001, comienzo de la Raza Americana, se produjo la Reversibilidad Analógica en la Obra. Se expandió el Mensaje de la Renuncia contenido en las Enseñanzas canónicas, todas, por medio de Internet, el nuevo vehículo de las comunicaciones mundiales y llegó a todas partes. Fue instantáneo, fulgurante, integral, como lo había predicho el Maestro. Las sesenta naciones más importantes del mundo lo recibieron en cuatro idiomas y la gente sigue recopilando el material en cantidad. El Canon de las Enseñanzas son copias originales que se guardaban en matrices y no se pueden adulterar. Pertenecen a la Humanidad. Están en muchos lugares, Argentina, Brasil, China, Federación Rusa, etc. Y esas almas desconocidas que acceden a ellas, simples o estudiosas, jóvenes o adultos son los custodios del Mensaje del Futuro. No existe “caja de seguridad” más confiable que la conciencia de los hombres. Mientras ellos estén vivos el Mensaje estará también vivo, cualesquiera sean las peripecias del futuro. Serán los fundadores y protagonistas de la Nueva Raza. Hemos presentado el tema de la reversibilidad analógica, fundamental en la Doctrina de la Renuncia y que se aplica en todas las actividades de la conducta humana, políticas, institucionales y del desenvolvimiento espiritual, con algunos ejemplos que ilustran el buen resultado de una aplicación inteligente y oportuna. Todos la necesitamos porque es la clave de la evolución humana, la gran reversibilidad, que nos traslada hacia los mundos que hemos conquistado o hemos perdido por ignorancia. El Mensaje de la Renuncia, con sus ideas integrales nos enseña a no fracasar por codicia de algo que se tiene cuando ha llegado la hora de dejarlo por su contrario, como el ejemplo de la fruta madura. Desde pequeños estamos cambiando cosas interiores y exteriores por sus contrarios, porque la vida es permanentemente contradicción analógica. Dejamos la familia y nos alejamos para formar otra, terminamos los estudios donde recibíamos tantos conocimientos y nos ponemos a trabajar aplicándolos, abandonamos una actividad que nos satisface para empezar otra superior. Juana de Chantal deja a sus hijos pequeños para hacerse cargo de las Hermanas de la Caridad adonde la había llamado San Francisco de Sales, y cumplió una obra maravillosa. Sin Renuncia no hay felicidad porque las cosas por más bonitas y redituables que parezcan cansan con el tiempo y es necesario renovarse para vivir plenamente. Se dejan pertenencias, posición social, asistencia a los conciertos o los partidos de fútbol según los casos, se entrega en donación ropa, muebles, dinero o lo que sea, por el gusto de dejarlas, para sentirse libre. Más aún, se ofrenda uno mismo, su tiempo, lo que sabe, las experiencias de los años asistiendo a los necesitados en hospitales, obras de caridad, ayudando a los que no tienen. En Argentina hay tres millones de jubilados que no trabajan, en Estados Unidos y España hay millones que no trabajan y reciben una pequeña cantidad para subsistencia. Sin embargo no dan nada, tiempo, cooperación, limpieza en las calles sucias, asistencia a los necesitados. Siguen en la línea recta hasta toparse con la muerte; no aprendieron los dones de la Reversibilidad Analógica. Éste es un asunto íntimo, estrictamente personal; se da o no se da, no hay publicidad ni reconocimiento público; pero aquél que revierte sus tendencias que no dan resultado y renuncia por lo contrario seguramente adquiere un don que todos buscan, la felicidad espiritual. José González Muñoz
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