Nº 140 - Primeros Pasos La Raza Americana está dando los primeros pasos, como un bebé, vacilantes, temblorosos, inciertos. Están envueltos en los remolinos de la antigua raza y resulta muy difícil identificarlos, reconocer las señales nuevas en una sociedad colmada de novedades y apariencias. Apenas surge un signo que llama la atención de las masas los manipuladores del mercado se apresuran a capturarlo y transformarlo en un objeto que vale dinero. Los primeros pasos los dio el Maestro Santiago con la fundación de la Orden Cafh y en ella los participantes, llamados Hijos de la Divina Madre, experimentaban las leyes de la Renuncia y estudiaban la Doctrina. Poco tiempo después de la muerte del Maestro, la Obra Americana se convirtió en un negocio, se cambiaron las ideas claves y la Orden se transformó en una fundación con fines económicos. Ganaron mucho dinero. Incluso ¡qué ridículo! está registrada como una marca comercial exclusiva en el organismo oficial correspondiente. Si eso ocurrió en la primera obra americana por manos de los discípulos directos de Comunidad, ¿qué cabe esperar de los nuevos lectores de las Enseñanzas en Internet? Como el niño que empieza a caminar, pero todavía no es consciente de su proeza y sigue intentando pasos inseguros, así muchas almas, aunque no hayan estudiado una página de las Enseñanzas, practican naturalmente algunas acciones simples de la nueva Raza porque son americanos de nacimiento, se prepararon durante muchos años en los planos superiores dirigidos por sabios Maestros y cuando nacen en la Tierra, y en esta época, manifiestan espontáneamente sus cualidades. Para reconocerlas hay que estudiar la Doctrina de la Renuncia, aunque el protagonista no necesita estos conocimientos, sino actuar sinceramente. ¿Es necesario tener un código de normas para sentirse identificado con la Raza Americana, como las tienen otras religiones, Tablas de la Ley, el Corán, la Biblia, etc.? No. La nueva Raza no tiene códigos escritos ni tradicionales, sino una forma directa de vivir desarrollando y transformando sus cualidades interiores que están potencialmente en su ser y esperan entrar en movimiento, así como el niño empieza a caminar y no tiene normas ni instructores, sino piernas que se activan. Tal vez, con el tiempo, si se mantiene sano y libre de ambiciones antisociales, será un buen montañista que sube los cerros por placer o un caminante que pasea por los bosques, un Peregrino incansable predestinado a los senderos de Acuario. Siguiendo con el ejemplo del niño que empieza a caminar, tiene miedo de caerse y se cae; pero se levanta y sigue dando pasos. Se cae otra vez y golpea la cabeza contra el suelo; llora un rato y sigue caminando torpemente. Tiene el mejor maestro del mundo, los chichones de la cabeza. La Enseñanza que recibe nunca la olvidará y así va aprendiendo y progresando hasta que puede caminar por toda la casa. Ha aprendido a caerse sin lastimarse; más bien se ríe y se tira al suelo jugando. Empieza a correr, poco a poco. Corre con otros chicos y juegan. Ahora la vida es una diversión alegre. Se ha hecho independiente y conoce todos los rincones de la casa: sube a las camas, se sienta en los sillones, baja y sube las escaleras, hasta se atreve a subir a una silla para alcanzar los caramelos que la madre guarda en el armario. El principiante del Desenvolvimiento Espiritual es semejante al niño que hemos presentado: tiene miedo, se equivoca, pero ensaya de otra manera hasta que encuentra la solución al problema que lo inquieta, hasta que llega un momento, fácil o tras un largo tiempo, que el Camino se convierte en un juego, una manera de vivir en libertad. Errar no es una tragedia, sino una oportunidad para encontrar otros senderos, tal vez más interesantes que los que conocía. En los mundos plurales los paisajes son atractivos, las experiencias enseñan a vivir y a descubrirse a sí mismo, incluso las equivocadas. Si en la nueva Era cada uno se libertará por sus propios medios es necesario que experimente todos los senderos que la vida le presenta; la única manera de conocerlos es caminando intensamente hasta descubrir sus secretos. Las Enseñanzas del Canon de la Renuncia que son públicas no son un azar; fueron escritas por el antiguo Sumo Sacerdote del Templo de la Iniciación de Amón en Egipto hace miles de años, y contienen las claves de la Ley de la Renuncia que el estudiante debe descubrir y desarrollar en nuestro tiempo. Hay que profundizarlas con una meditación permanente hasta que los secretos se revelen en el alma del buscador. A la distancia no podemos desde estas Reflexiones tratar un tema tan individual y esotérico, el de cada individuo, pero podemos ofrecer algunas ideas generales que las mismas Enseñanzas contienen abiertamente para ayudar al estudiante en la búsqueda de sus secretos. El Canon de la Renuncia es una Enciclopedia de la Vida Espiritual y allí podrán encontrase las respuestas más aceptables a los misterios del hombre, desde los más antiguos, como El Sistema Planetario y las Primeras Razas Arianas, los modernos en El Camino de la Renuncia y los futuros: La Idea Madre de la Raza Aria, Vida Espiritual de Cafh. Pondremos las preguntas didácticamente al estilo de la enseñanza escolar secundaria. 1. ¿Ha leído usted el Canon completo o sólo algunas Enseñanzas? Es necesario conocerlo todo y luego elegir los temas que más interesen o convengan. 2. Hágase un cuadro escrito de las preferidas, Doctrinarias, Esotéricas, Históricas, etc. Y empiece a estudiar las que más le atraigan, por ejemplo, Hidrochosa; leerla y analizarla hasta repetirla si es posible de memoria, como una oración; así estarán a su disposición en cualquier circunstancia. 3. Hay muchos Cursos sobre los ejercicios de la Meditación, la herramienta mental apropiada para penetrar en los misterios de la Raza americana. El estudiante tiene que aprender a meditar todos los ejercicios hasta que encuentre el que más le conviene. 4. Hay otros cursos aptos para aquellos que gustan la disciplina física y un buen desarrollo corporal: La Gimnasia de Cafh y Las Posturas. Puede practicarlas diariamente hasta en edad avanzada. Sirven de puerta de entrada para las Enseñanzas trascendentes, las que tratan la muerte, la Mística de la Ceniza y otras más complejas. Quien alcanza a controlar la voluntad regularmente con ejercicios físicos, también puede dirigir la mente y los estados de conciencia. 5. Hágase un cuestionario simple sobre sus tendencias sociales. ¿Le gustan las amistades? ¿Prefiere meditar solo o intercambiar ideas con otras almas similares? ¿Le gustaría participar de un grupo para meditar, estudiar y extraer conclusiones sobre la Edad Americana? ¿Prefiere grupos de presencia física o con comunicaciones de correo electrónico como las que ya están funcionando con mucha seriedad y eficacia? 6. ¿Practica el Examen Retrospectivo como está indicado y qué resultado le ha dado, diario, semanal y mensualmente? Si se queda dormido antes de terminarlo ¿ha encontrado alguna solución al problema? 7. Si hace Retiros Espirituales ¿dónde los prefiere, en su habitación, en el patio de su casa, por un día o varios, caminando o en un sitio estable? ¿Prefiere las montañas, los campos o los bosques? ¿Saca conclusiones y las escribe para meditar sobre las mismas? ¿Prefiere realizarlos solo o acompañado? 8. El Maestro Santiago llevaba dos diarios íntimos donde anotaba sus experiencias sobresalientes, uno de sus visiones clarividentes y otro sobre sus sueños premonitorios, que todavía se conservan en algunos lugares reservados. Sería conveniente que usted tuviese un cuaderno donde, de su puño y letra, escribiese las partes más notables de la vida espiritual. Le servirán más adelante, cuando pasan los años. 9. Algunos, muchos, no se animan a emprender un camino espiritual porque no se consideran capaces de meditar, estudiar, leer las oraciones, ensayar un retiro solitario en las afueras de la ciudad. El Camino Espiritual es la vida organizada. El Canon ofrece una gran variedad de disciplinas para lograrlo. Aparte, en otros ámbitos, también hay organizaciones serias con muchas experiencias que le pueden servir. Hay que buscar hasta encontrar la más conveniente para cada uno, en los espiritistas, en las tradiciones de los pueblos sencillos, en el Zen, en las sectas regulares, con los protestantes, los chamanes, o solitario. Hay que tener un Camino para andar por la vida buscando felicidad. 10. A los niños también hay que enseñarles, cuanto antes mejor. Si ellos tienen un sendero para caminar, los demonios del mundo no podrán desviarlos hacia la perdición y la disciplina espiritual los protegerá en la juventud, la adultez, toda la vida. El Maestro Santiago encontró su Camino siendo un bebé, en Bérgamo, donde nació. Para Navidad, las tías le habían contado que Jesús visitaba a los niños buenos. Al Maestro familiarmente lo llamaban Nino; no se acostó esa noche y esperó junto a la ventana abierta de su dormitorio. Al día siguiente contó que el niño Jesús vino y estuvieron jugando. Así empezó su Camino de amistad con los Grandes Iniciados y sus extraordinarias dotes parapsicológicas con las cuales hizo su obra y le acompañaron hasta la muerte. 11. Encontrar el camino no significa el deslumbre de una vida extraordinaria como nos cuentan los Santos, Gurdief, Santa Teresita de Lissieux, San Francisco de Asís, la Madre Teresa, sino vivir la vida que nos corresponde con sencillez, sentido común y honestidad, cumpliendo los deberes de ciudadano, padre de familia, campesino honrado, oficinista disciplinado, lejos de las torpezas de la sociedad moderna que todos conocemos. Y enseñar a las personas cercanas para que encuentren también su sendero de la vida. Los primeros pasos del Hombre Americano son tan sencillos que resultan difíciles en este mundo de complicaciones. El secreto es estudiar las Enseñanzas y simplemente caminar la vida como ellas indican. Al avanzar irá trazando las huellas que lo guiarán hacia la libertad y será feliz. José González Muñoz
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