Nº
17 - La Misión Redentora
Cuando el
Maestro Santiago Bovisio vino a Sudamérica desde su Italia natal,
traía consigo una misión que con el tiempo fue creciendo
hasta alcanzar dimensiones planetarias: la expansión del Mensaje
de la Renuncia hacia toda la Humanidad. Al principio, este mandato estaba
en él solamente, en un punto secreto de su ser. Después
fundó la Orden Cafh, con proyección similar de la Orden
del Fuego Astral, a la que pertenecía antes de encarnar, para que
el Poder de la Gran Corriente fuese tomando consistencia y realidad en
la Tierra, y depositar allí la Misión. A esas almas que
formaron el cuerpo de Cafh el Maestro les fue transmitiendo, poco a poco,
la doctrina. Siempre se dirigió a los Hijos y, a través
de ellos, a la Humanidad, en una tarea de más de 25 años
de magisterio. Dice en el Libro XIX "Los Mensajes", 11, 21:
"¡Hijos de la Madre, Hijos de Cafh: Llevad al mundo angustiado
y expectante vuestro Mensaje de Renuncia!".
Los Hijos de Cafh, a la muerte del fundador en 1962, fueron pocos, y en
los años siguientes aumentaron, no sobrepasando las 6.000 almas
a quienes estaba encomendada la tarea. En ella estaba implícita
y claramente expresada la responsabilidad de preparar la venida del nuevo
Mesías. Como es de público conocimiento, los que recibieron
el legado espiritual no hicieron nada, y la Orden fue languideciendo,
adulterándose con el tiempo, hasta desaparecer como fuerza espiritual
a fines de la década del 70. Pero ahora, al término de la
antigua era de Picis, y el comienzo de Acuario, desde el primer día
del tercer milenio, todas las Enseñanzas del Maestro conteniendo
el Mensaje de la Renuncia están en el mundo, con más de
un millón de transferencias promedio de Internet, en más
de 40 países. La Misión, que al comienzo estaba en manos
de unos pocos, ahora está en la Humanidad, y todos los hombres
son depositarios. Por transferencia del Mensaje al espacio magnético
que envuelve al Planeta, la tarea de liberación está globalizada
esperando encontrar cauces individuales, guiada por la Encarnación
Divina que ya está entre nosotros.
El tema de esta Reflexión es el siguiente: Jesucristo, hace dos
mil años, con su Pasión redimió al género
humano potencialmente. Ahora vuelve para enseñar a los hombres
cómo cada uno puede redimirse a sí mismo. Redimir significa
liberarse. Nadie libera a otro, ni las religiones ni los caminos espirituales,
ni aún el
Maestro más perfecto; la liberación es estrictamente individual
y solitaria, frente a la Divinidad. Muchas son las Enseñanzas sobre
este gran misterio, y trataremos de ir presentándolas en sus facetas
más reveladoras. Con el Maitreya no hay exclusiones por la religión,
ni por la riqueza o la raza, tampoco por el adelanto o atraso espiritual,
ni por el karma; todos pueden avanzar si practican la Doctrina de la Renuncia.
a.
Pequeñas Hostias
En el Libro
XXXVI "Conferencias de Embalse", 11, 8, el Maestro dice: "Creo
que esto es lo que enseñará el Maitreya, la nueva expresión
de la Encarnación Divina: la forma, la manera en que debemos convertirnos
en Cristos pequeños, en pequeños holocaustos, en pequeñas
hostias".
Hasta ahora, los hombres se adherían a alguna religión,
por nacimiento o por elección, y el acatamiento a los dogmas era
suficiente para "salvarse" y alcanzar la bienaventuranza. Cualquiera
fuese la condición del individuo, la religión le prometía
la salvación; la fe y la fidelidad eran suficientes para lograr
el paraíso. Las masas respondían a estos sencillos esquemas,
férreamente controlados por el clero. Independientes de las exigencias
dogmáticas, los místicos y los ascetas, esos permanentes
rebeldes a los dogmas, buscaban en sí mismos una realización
concreta y evidente.
De ahora en más, el ser humano que quiera salvarse tendrá
que imitar a los místicos: buscar por sí mismo, hacer su
experiencia, y conquistar con su esfuerzo personal las etapas de la liberación.
Cada uno está situado en un lugar concreto e intransferible, y
a partir de ese contexto existencial tendrá que empezar a caminar
con sus piernas. Para que sus esfuerzos tengan posibilidades y el buscador
pueda comprobar por sí mismo los resultados, abundantes o pobres,
deberá tener a mano buenas informaciones, un mapa del camino, una
guía de quienes ya lo recorrieron. Hay muchos indicadores, escritos
por místicos de diversas épocas y tradiciones, hombres y
mujeres ejemplares que realizaron grandes avances en el desenvolvimiento
espiritual. Cada uno encontrará el modelo más adecuado a
su manera de ser. El más moderno y completo, es el sistema de la
Doctrina de la Renuncia expresado en las Enseñanzas del Maestro
Santiago Bovisio. No sólo explican las diversas etapas del desenvolvimiento
espiritual y ofrecen la disciplina adecuada a estos tiempos difíciles,
sino que ubican al ser en la historia de la evolución humana, le
dan un sentido individual dentro de la economía espiritual de la
nueva era de Acuario, y lo relacionan magnéticamente con la actual
Encarnación Divina, Maitreya. Además, le dicen qué
tiene que hacer, le ofrecen una misión: ser un pequeño Cristo.
Al comienzo, la Misión estaba en unos pocos, para transmitirla
a los demás. Ahora que la Doctrina de la Renuncia empieza a ocupar
espacios cada vez más amplios, la Misión se interioriza,
se vuelve personal, recorriendo las vastedades escondidas no descubiertas
del ser. Las Enseñanzas tienen que estar en todos los hogares del
mundo, y los millones de seres que esperan ansiosamente el Mensaje de
la Renuncia debieran tenerlas en sus manos para empezar la obra redentora.
b.
Enseñanza Planetaria
El Maestro
Santiago, en su libro XVIII "El Camino de la Renuncia" 11, 5
y siguientes, dice que la Enseñanza es permanente, y se manifiesta
en varios tipos o períodos:
1. La Enseñanza Universal, que está en todas las revelaciones
tradicionales.
2. La Enseñanza de Cafh dada por el Fundador, y cuyos apuntes forman
el cuerpo de esta Biblioteca Internet.
3. La Enseñanza que se dictaba oralmente en las reuniones de Cafh
a los Hijos.
4. Los tres primeros ciclos se terminaron. Ahora se inicia el ciclo de
la expansión, por intermedio de la red global electrónica
digital contactando con cada uno de los habitantes del Planeta, individualmente,
bajo la protección de los Maestros de la Sagrada Orden y el magisterio
irradiante del Divino Redentor Maitreya.
Con la liberación de las Enseñanzas que estaban encerradas
y escondidas en un pequeño círculo de guardianes, actualmente
están recorriendo, veloces y penetrantes, los más diversos
espacios donde viven los hombres: hogares, talleres, oficinas, problemas
y sufrimientos, esperanzas. El protagonismo de la gran aventura espiritual
ahora está en los individuos, en la intimidad de cada hombre. Las
Enseñanzas son como son, no se pueden cambiar, porque el autor
murió, y las dejó con toda la fuerza magnética que
le aportaron los Maestros Espirituales.
Hace muchos años, el Maestro Santiago le preguntó a un Discípulo
Fiel: "¿Cómo podemos hacer para ayudar a las almas?"
El Discípulo respondió: "Como nos fue enseñado:
las meditaciones, los ejercicios ascéticos, la dirección
espiritual, las reuniones". El Maestro contestó: "No.
Eso es muy lento ahora. Para ayudar a las almas tenemos que aprender a
manejar el Poder de la Gran Corriente". Y esa es la obra que están
cumpliendo las Enseñanzas en la red global planetaria, silenciosamente,
en el corazón que quiera recibirla y protagonizarla, volando sobre
las alas de la Gran Corriente de Acuario.
Cuando el Maestro Santiago vivía, el Poder de la Gran Corriente
se manifestaba en la Tierra a través de él, y por su bendición
diaria, a todos los Hijos de la Orden. Con su muerte en 1962, y la desaparición
de la Orden años más tarde, el Poder de la Gran Corriente
quedó en suspenso hasta el nacimiento de la nueva Era de Acuario,
la presencia del Maitreya y la liberación de todas las Enseñanzas
el primer día del Tercer Milenio. De ahora en más, el Poder
de la Gran Corriente se manifestará en cada hombre que acepte las
Enseñanzas. Se acabaron los intermediarios entre el hombre y Dios.
La criatura mirará a su Creador cara a cara, como un hijo a su
madre, o no Lo verá (Libro XIX "El Mensaje de la Renuncia",
11, 12).
c.
El Mapa Espiritual
Las Enseñanzas
no dan la realización; señalan el camino, y presentan indicaciones
precisas para no perderse en los laberintos del alma. Como los mapas impresos
de países y regiones, a primera vista parecen desordenadas, poco
comprensibles; pero a medida que se estudian, las ideas van adquiriendo
significados concretos, relacionándose unas con otras, indicando
caminos, dificultades, distancias, abriendo puertas. Si el caminante tiene
un guía experto que lo ayude, será mejor, pues comprenderá
más fácilmente las señales. Pero, reiteramos, no
son un vehículo para desplazarse sobre ruedas; tendrá que
caminar con sus piernas.
Bien interpretadas y seguidas de buena fe, las Enseñanzas se van
sacralizando poco a poco, adquiriendo el poder de la Gran Corriente. Esta
nueva fuerza se incrementa progresivamente con la irradiación de
la Encarnación Divina a medida que pasa el tiempo, y su presencia
se hace más y más notable, porque ambos, Maitreya y Enseñanzas,
con coincidentes.
La misión redentora que inició el Maestro Santiago desde
que pisó tierras americanas a principio del siglo pasado, siendo
su único portador, ha dado un círculo completo hasta llegar
a los pies del Redentor, en donde se van alineando los predestinados de
la nueva era. Entre ellos no hay intermediarios, ni dogmas, ni leyes extrañas.
El hombre está solitario en su realidad, buena o mala, y en su
capacidad de renunciar, cara a cara con el Salvador. Allí, frente
a su destino, tendrá que recorrer los caminos, para que esa ilusoria
distancia que lo separa de la verdad, desaparezca (Para una mejor comprensión
de este misterio, meditar en el Libro III: "Simbología Arcaica",
todos sus capítulos).
La odisea que emprendió un Maestro solitario en el siglo XX llegó
a buen puerto al finalizar el mismo y se abre a otras dimensiones al comenzar
el tercer milenio. Allí están las Enseñanzas, estáticas,
invariables, escritas en sistema digital, fuera del tiempo, y no obstante,
al alcance inmediato de los hombres. Desde la óptica del hombre
de Picis, racionalista, mecánico y escéptico, son palabras
viejas, pasadas de moda. Para el hombre que vive la Reversibilidad, las
Enseñanzas se abren al futuro sin limites; otras dimensiones, otras
facultades de la mente, otras formas de vivir, otra manera de amar se
presentan ante los ojos asombrados del Discípulo Fiel que empieza
a recorrer el Camino de la Renuncia. El guante de la vida se ha dado vuelta,
y ahora todo está cambiando. Cada uno de nosotros seremos pequeños
Cristos, bajo la guía del Divino Maitreya, que nos enseñará
a ser libres.
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