N° 37 - ¿POR QUÉ?

¿Por qué reflexionamos continuamente sobre las calamidades que aquejan a la Humanidad en el final de la Quinta Subraza Teutónica y la civilización moderna?

Porque los hombres están allí, en la civilización, sufriendo, padeciendo dolores insoportables, destruyendo lo que han edificado con tanto esfuerzo, agonizando insensatamente; indefensos, no conocen las realidades de la hora actual, ni encuentran solución a sus problemas. Las Enseñanzas contienen las claves para la salvación y por eso están en el mundo, junto a ellos. Nosotros reflexionamos sobre los sufrimientos humanos para decirles directamente que se arrimen a Santiago Bovisio y al Señor Maitreya en el tiempo de la esperanza: los Maestros están en las Enseñanzas, habitándolas magnéticamente.

Así como los médicos son tales cuando están curando a los enfermos, los bomberos cumplen su misión apagando incendios y las maestras educan cuando están en presencia de sus alumnos, así también las Enseñanzas encienden sus maravillosas potencialidades cuando hablan directamente a los hombres: ignorantes y letrados, perversos y bondadosos, ricos y pobres, violentos y pacíficos, creyentes y no creyentes, en suma, todos los enfermos espirituales de la civilización moderna.

Allí donde está la necesidad, germinan las Enseñanzas. Y como la necesidad es universal en este cambio racial planetario, las Enseñanzas están sembradas en todo el mundo, germinando en las almas de los servidores. Antes no era posible, aunque estuvieron escritas; se necesitaba un sistema técnico avanzado de difusión, global e instantáneo, para sembrarlas en todas partes: Internet. Potencialmente pueden estar en cada casa donde haya una PC conectada. La expansión del Mensaje de la Renuncia es grande en las estadísticas del Sitio Web, pero todavía pequeña para sus posibilidades; debe llegar a todos. Ningún hombre, por muy lejano que se encuentre y más pobre que sea, debiera en sus últimos días decir: “¡El Salvador de la Humanidad estaba vivo, pero yo no lo sabía!” Todos los seres humanos tendrían que conocerlo, y las Enseñanzas que hablan de Él germinarían en sus almas, o por lo menos alentarían la expectativa de que la siembra fructificará en la próximas encarnaciones.

¿Por qué reflexionamos sobre la Historia de las Razas y sus características de cambio?

Porque en este tiempo cambia la antigua por la Nueva Era, y los hombres no están preparados, ni siquiera informados seriamente. Hay muchos intereses creados alrededor del viejo sistema y los poderosos no quieren cambiar; se aferran a sus posesiones, aunque el egoísmo los lleva a la aniquilación. Véanse a los constructores de armas de destrucción masiva (Estados Unidos, Federación Rusa, Francia, Reino Unido, por ejemplo), y se comprenderá la ceguera en que viven. En la Reflexión N° 34 transcribimos el “Informe Pauling” del año 1964, sobre la escalofriante situación del peligro atómico. ¿Dónde está el peligro, en el que tiene las bombas, o en el que no las tiene?

El Maestro Bovisio describe una situación semejante cuando los últimos Atlantes atacaron a los Arios en el comienzo de la actual Sub Raza Aria Teutónica, hace 24.000 años (Guerra de los Mil Quinientos Años), y fueron vencidos. Dice en el Capítulo 15 del Libro XXVI: “Antropogénesis”: “Construyeron hombres de hierro y los animaron con elementales; estos hombres de hierro obedecían ciegamente a todos sus mandatos. Durante centurias trabajaron afanosamente, construyeron proyectiles cargados de electricidad, aeronaves poderosas y toda clase de ácidos corrosivos y destructivos. Como conocían los 192 elementos químicos fundamentales, habían descubierto un fluido que los volvía invisibles. Cuando termina un año sideral, el eje de la Tierra cambia de posición, y eso aconteció entonces. Durante cuarenta días llovió... etc.” El Ramayana describe parte de esa lucha, y muchos sabios investigan los textos tradicionales en busca de evidencias y rastros de esas armas antiguas, tan poderosas como las actuales.

¿Podemos creer que una potencia nuclear aunque sea pequeña, tipo Corea del Norte, o Israel, si es atacada con fuerza y se encuentra en peligro de ser derrotada, no va a contraatacar con lo que tiene para salvarse? ¿Para qué construyeron las bombas, entonces? Y el que tiene ese poder, no lo desarma nunca; las bombas que se desactivan son las que están obsoletas por el paso del tiempo y el avance técnico, y se reponen de inmediato. Tal vez nos salve un nuevo cambio en la posición del eje terrestre magnético, la inversión de los polos, como ya lo han detectado investigadores finlandeses, y deje inútiles los sistemas electromagnéticos actuales que usan los monstruos bélicos modernos, y las cosas vuelvan a la sencillez. Tal vez tengamos que esperar otros mil quinientos años como al principio.

¿Por qué insistimos en la Meditación y los demás ejercicios ascéticos místicos que el Maestro Santiago enseña profusa y detalladamente, con ejemplos, variedad de modelos, recomendaciones y buenos consejos para su mejor ejecución?

Porque los hombres cambiarán interna y externamente, transmutando sus viejos hábitos, tendencias y malas costumbres por una nueva manera de vivir, abandonando la mente colectiva, la sociedad de masas, el ansia de posesiones y la perversidad innata de las relaciones humanas, en las familias, en el comercio, en los deportes, en la artes, en las calles. Y para transformarse, el hombre debe luchar desde el momento en que toma conciencia de que está marchando por caminos equivocados. Una buena guía es indispensable, elaborada por alguien que conozca todas las rutas y senderos de los nuevos territorios que tendrán que transitar, y hacia donde conducen. Estas Enseñanzas constituyen la mejor guía para salir de las viejas calles del pasado que sólo dan vueltas sobre antiguos recorridos, sin llegar a ninguna parte. El Maestro Santiago las recibió de otros sabios más antiguos, las experimentó y las hizo practicar a sus discípulos durante muchos años. Y las dejó escritas con su mano para que fueran difundidas correctamente cuando llegase el momento que había anunciado: Hidrochosa, la Nueva Era de Sakib, hoy.

Sin disciplina no es posible liberarse de nada; esto lo saben muy bien los fracasados de cualquier hábito vicioso, descubierto o secreto. ¡Hay tantos! Prefieren seguir la cuesta abajo aunque los espere un abismo. Este abismo está cerca porque la nueva época ya comenzó y unos quedarán de un lado y el resto en el otro. No hay transiciones ni tiempos de espera de un tiempo mejor. Tampoco hay perdón. Las transiciones de una raza a otra son tiempos de la cólera de Dios. Como la marcha del Manú Vaivasvata con un millón de Arios durante setenta y siete años en busca de la tierra prometida, Asia. Como la guerra final con los Magos Negros Atlantes, en África, durante 1.500 años. Como la marcha de Moisés y el pueblo judío por el desierto durante 40 años, hasta llegar a Palestina.

Nuestro Planeta Tierra está muy dañado por el saqueo de sus recursos durante centurias. ¿Cuánto tiempo nos llevará cambiar el modo de pensar para reconstruir lo que está destrozado, praderas, bosques, arroyos, lagos, relaciones humanas, nosotros mismos, y empezar a formar al hombre acuariano? No tenemos tiempo que perder. La tarea empieza con la primera Enseñanza y la primera meditación.

Una pregunta final: ¿Por qué se publican tantas profecías duras sobre la transición de las Razas?

Santiago Bovisio pregunta: “¿Serán tan consecuentes con su misión los Hijos de Renuncia que impidan la inminente destrucción que precederá a la Era de Sakib?” Muchas veces toca el tema de la guerra que divide los tiempos antiguos y nuevos. En realidad todas las Enseñanzas, que suman cientos, de una manera u otra, incluso las Históricas, son profecías. No son duras ni blandas; son exactas. La profecía era el don relevante del Maestro Santiago, no sólo sobre el devenir de la Humanidad, sino también para los individuos en particular. Hay varias maneras de profetizar; algunos predicen acontecimientos específicos con fechas y protagonistas; otros vislumbran fenómenos naturales extraordinarios. El Maestro Santiago adelanta las formas de vivir del tiempo venidero, y enseña las disciplinas para practicarlas. Podríamos decir que es el educador del futuro, un Director Espiritual de los nuevos hombres.

Todo profeta dispone de variados recursos parapsicológicos para ejercer su oficio con mayor o menor eficacia. En Santiago Bovisio eran visibles y descubiertos (cuando él quería), la clarividencia en varias dimensiones, el acceso voluntario a la Gruta de Ras, la capacidad de volverse invisible, los viajes astrales (ver: Libro VII “El Devenir”, Capítulo 3: “La Vida Interna de la Tierra”); era experto en quirología, astrología, fisiognomía, y otras artes que se deducen de las Enseñanzas como por ejemplo: “Ejercicios Mágicos”, “Ciencia de la Vida”, “La Renuncia en el Mundo y en las Almas”, etcétera. Todas estas capacidades funcionaban en equipo armonioso que podríamos definir como intuición artística, musical, y que en el acto educativo de guiar a los seres que confiaban en él, alcanzaban maravillosos resultados de futuro.

El Maestro Santiago utilizaba el don de profecía especialmente en la dirección espiritual cuando trataba con sus discípulos, no sólo del tiempo venidero, sino también del remoto pasado, como si las escenas pasaran delante de sus ojos. Muchos de sus primeros compañeros en Argentina son testigos protagonistas de sus dotes, y saben quiénes habían sido en anteriores vidas, lo cual ayuda mucho para reencontrar la identidad perdida.

Pero también profetizaba sobre el destino de la Humanidad, y sus afirmaciones están reveladas en muchas Enseñanzas para guía de los hombres que tienen que cruzar los puentes que unen el pasado con el porvenir de Acuario.

Son muchos los interrogantes que brotan espontáneamente de la lectura de las Enseñanzas. También son numerosas las respuestas, que a su vez germinan en otras preguntas. Así es el despertar espiritual cuando se trabaja como un organismo que va avanzando paso a paso en busca de la verdad. No es una fórmula rígida ni un dogma conceptual; en las Enseñanzas y en la nueva espiritualidad que está brotando en las almas, las inquietudes y las satisfacciones de cada uno edifican la egoencia de su ser.

Los sistemas culturales del pasado, religiones, filosofías, estados políticos, economías, incluso los megasistemas como el Imperio Romano, la Iglesia Católica, la Unión Soviética, las Naciones Unidas y otros, ofrecían normas colectivas para la mente colectiva, pero nada para las necesidades íntimas. El individuo tiene necesidades propias, fruto de su historia íntima a lo largo de muchas encarnaciones, con soluciones estrictamente personales. Ningún sistema por más sabio que sea, le dará lo que necesita. El camino lo hará caminando con una buena guía, y a medida que avanza irán germinando las semillas de la egoencia de su ser. La espiritualidad del futuro se construirá de esta manera. El Maestro Santiago dice que cada uno será su propio Redentor por la plasmación de la Renuncia de Holocausto.

José
Septiembre de 2003

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