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38 - El Misterio de la Redención
En la hermosa película “La Pasión de Juana de Arco”, de Carl Dreyer, 1926-28, considerada por la crítica mundial como una de las diez mejores realizaciones cinematográficas de todos los tiempos, hay una dramática secuencia cuando el Inquisidor pregunta a la mística francesa si se consideraba en estado de gracia. El Confesor le advierte: “¡Ten cuidado, Juana, porque es una pregunta peligrosa!”. Juana contesta: “Si estoy en estado de gracia le pido a Dios que me la conserve; si no lo estoy le pido que me la conceda”. En efecto, sólo podía contestar en modo potencial, porque si contestaba afirmativamente sería acusada de brujería y si contestaba negativamente su misión sería considerada falsa y mentirosa. En ambos casos la sentencia sería la hoguera, como resultó al final, aunque su respuesta era correcta. Las religiones que prometen liberación a sus fieles sólo pueden redimir potencialmente a la especia humana, como en la situación específica de Juana de Arco. La redención efectiva tiene que ser conquistada por cada individuo con su propio esfuerzo y por etapas, como está señalado en la Revelación Madre desde el comienzo de la Raza Raíz Aria. Dice la Enseñanza 13 “La Sagrada Revelación de la Idea Madre de los Arios”, en el Libro XXV “Teología”: “La liberación del hombre, que éste ha de realizar por sí mismo, no de golpe, sino por etapas, naciendo, muriendo, reencarnando, pasando por los infiernos, purgatorios y cielos”. El diccionario Sopena explica: “Redimir (Del latín redimere): Rescatar o sacar de la esclavitud al que está cautivo, pagando por ello algún precio”. La Teología Cristiana tomó este concepto del Derecho Romano y lo aplicó a Jesús; el precio de la Redención fue la Cruz para la especie humana en general. El Maestro Santiago dice que el Maitreya, Gran Iniciado Solar de Cuarta Categoría, como Jesús, ahora enseñará a los hombres a redimirse individualmente, sin intermediarios, por su propio esfuerzo, viviendo la Renuncia de Holocausto (Se llama holocausto al sacrificio ritual con fuego cuando la ofrenda, habitualmente de ovejas, era consumida totalmente por las llamas; holo = todo; causto = fuego). La Enseñanza más clara sobre este Misterio es “La Mística de la Ceniza de San Pablo de la Cruz”, Libro XVIII “El Camino de la Renuncia”, Capítulo 8. Cuando se realiza deja de ser potencial e inaccesible, para transformarse en redención concreta que libera a los buscadores. La Teología es una disciplina muy antigua que utiliza palabras y sintaxis actualmente en desuso. Léase el “Himno a la Divina Madre” en aripal, “Ahehia ote Hes”, síntesis completa de la Teología Aria, y no se lo comprenderá. Incluso los dogmas religiosos más recientes son difíciles de comprender. Todo lo que se ignora o no se entiende son calificados de “Misterios” por los sabios, como si la imposibilidad estuviera en el objeto y no en ellos mismos. Para los niños la escuela está llena de misterios; no obstante, para el maestro que los educa, las cosas son claras y sencillas. Hay muchos misterios e incógnitas en Teología y en las Ciencias Naturales, aunque en ambas disciplinas se sabe mucho más que en el pasado; tal vez, al final de la Raza Aria, estas lagunas del conocimiento sean revelados junto con la Idea Madre de la Raza. Las Ciencias Naturales han descubierto infinidad de fenómenos que los teólogos oficiales no podían explicar, o simplemente estaban equivocados: heliocentrismo, pluralidad de los mundos, medicina, historia, geografía, etc. En los últimos años los avances en diversas ciencias y su aplicación en la vida corriente: genética, trasplantes orgánicos, comunicaciones, etc., han provocado enormes inquietudes sobre el futuro. La Mística, la Profecía y la palabra del Maitreya darán respuesta a las grandes preguntas que se formula el hombre moderno cuando tiene que abandonar el viejo mundo para entrar en nuevos y fascinantes territorios. El tema de la redención es muy antiguo, reconocido por la Historia y la Filosofía, pero los sabios no han sabido definirla y menos aún explicarla. En el mejor de los casos, la han trasladado a una dimensión suprafísica, el Cielo, o plano Astral, a la que pueden llegar los hombres después de la muerte, o por clarividencia. Pero ninguno de estos factores dan la liberación, sino un acercamiento a la realidad, o una experiencia. Sólo la Renuncia de Holocausto, el desapego perfecto libera, esté donde esté, en la Tierra o en el Cielo. Caso contrario, tendrá que reencarnar muchas veces hasta quedar libre de ataduras y deseos. La redención no es un concepto de la mente, sino una realidad holística que ocupa completamente al ser con las realizaciones de muchas vidas, sin ninguna partícula extraña, hasta que siendo él mismo auténtico, pueda llegar a las puertas del Paraíso. Cuando Dios las abra y lo llame por muy verdadero nombre, entonces habrá alcanzado la libertad. No reencarnará jamás. Esta Teología que conocemos por la tradición y los libros es posible que no sea vigente en el futuro; el devenir se renueva y ofrece otras proposiciones sustentadas por las realizaciones de la Humanidad hasta el presente. La conquista del espacio, los avances en ingeniería genética, la robótica, la energía atómica y otros descubrimientos abren las dimensiones de una nueva Teología; ya se ha producido, dejando de lado los dogmas de la Edad Media. Dios será siempre un desconocido atractivo, pero ahora podemos reflexionar sobre Él de manera más satisfactoria. Jesús dijo: “Mi reino no es de este mundo”; pero el gran Iniciado Maitreya propondrá la redención individual en este mundo. Jesús redimió a la Humanidad por su sacrificio en la Cruz; ahora el Maitreya dice que cada uno se liberará con su esfuerzo por la Renuncia de Holocausto. Ciertamente, ésta no es la Teología de las Religiones, sino de la Nueva Espiritualidad. Ver los “Comentarios”, Capítulo 4; contienen las referencias del Maestro Santiago sobre el Maitreya. ¿Pero, cómo se consigue la Redención individual? ¿Cómo sabe el peregrino que está avanzando por el Camino justo y en los tiempos adecuados? ¿Cómo debe empezar los primeros pasos, ante las ofertas de salvación que en el mundo son muchas, tentadoras y variables? Algunas son verdaderas potencialmente. El punto de partida consiste en estar bien ubicado; no vivimos en el siglo XX, ni el la Edad Media, sino en la Edad Acuariana con el nuevo Redentor que cambiará el mundo. Las Enseñanzas han adelantado ampliamente las nuevas ideas que desde el primer día del Tercer Milenio están distribuidas por todo el planeta al servicio de los hombres, quienes pueden acceder a ellas libremente, pues les pertenecen. Nos llegó un e.mail enviado desde la lejanía del espacio magnético: “Te
agradezco por entregar estas Enseñanzas a la Humanidad. El Universo que describe el Maestro Santiago es energético, vibratorio y fueguino. Su efecto en el ser es la transmutación del alma a un nivel superior de existencia de la nueva dimensión de Hidrochosa. ¿Qué significa Redención: Iglesias Cristianas, Islámicas, Hinduistas? ¿Qué significan Libertad, Igualdad y Fraternidad: Revolución Francesa, Unión Soviética, Naciones Unidas, FMI, Globalización, etc.? ¡No! El viejo mundo del siglo XX está muerto. Hacia delante, con apenas tres años de Hidrochosa, nos esperan el desierto, la inseguridad, los miedos, las incógnitas, la Enseñanza, el Maitreya y la esperanza. La Redención no es un misterio, sino una realización integral que el ser comprueba en sí mismo continuamente y la aplica en su comportamiento cotidiano; es vivir el mundo energético, vibratorio y fueguino que está descrito en las Enseñanzas en una transformación permanente hacia estados superiores. Por la meditación, la concentración, el desapego, el rechazo a los espectros de la vieja civilización y el esfuerzo para vibrar en la misma frecuencia que el Maitreya, el ser que armonice en la modulación Acuariana se liberará de las cargas psíquicas y podrá entrar en los nuevos campos magnéticos del futuro. Cuando una Sub Raza comienza su período, Acuario en los próximos 24.000 años, entra en un nuevo campo vibratorio, un nuevo ciclo celeste, la precesión de los equinoccios, la modificación del eje magnético, alteraciones en la estructura morfológica del planeta. La Humanidad es parte integrante de la Tierra, junto con los demás seres vivos, y necesariamente debe compartir los cambios. Los individuos que no se adaptan, desaparecen, incluso especies enteras, como ya lo han descubierto las Ciencias Históricas. Estas modificaciones globales, desde la desaparición de especies vegetales y animales hasta la economía de las naciones, el comportamiento en las grandes ciudades y la secularización de las religiones constituyen la evidencia de los cambios, más allá del bien y del mal. La pasiones de la mente colectiva, resultado de la civilización caduca, señalan a los que van a morir sin posibilidades de ingresar en la nueva época: estadios deportivos, concentraciones políticas y religiosas, la televisión, el cine y tantas otras expresiones del hombre masa. Al hombre le es tan fácil saber donde está parado, como el día y la noche. Si está junto a miles o millones de fieles en la Plaza de San Pedro, o en la Mezquita de la Meca, o en el Festival de Wesak de la India, no le queda la menor duda que está viviendo en el siglo XX que se terminó. Si grita ¡gol! en cualquier cancha de fútbol o en su casa frente al televisor, pertenece a la mente colectiva del siglo pasado. Si se amontona en las playas del verano, inmóvil, exhibiéndose en la arena, lo mismo. Si corre tras el dinero, si se aturde en los clubes nocturnos, y se emboba con los ídolos del momento, ídem, ídem, ídem. Son evidencias de que tales individuos están mal ubicados en el momento histórico del cambio, se quedaron en el lado equivocado del abismo y es muy difícil que puedan cruzar los puentes. El Maestro Santiago que señala a San Pablo de la Cruz como modelo del espíritu de Renuncia, de absoluto desprendimiento de todas las cosas del mundo, dice del místico de la ceniza: “Sus palabras son fundamentales: “No hay salvación ni perfección espiritual si no se lleva una vida apartada y mortificada”. Será muy combatido por eso; no admite que el alma pueda vivir la vida de Dios y la del mundo. “Aún para los que viven en el mundo no habrá salvación si no se desprenden de las cosas que parecen buenas y que se pueden utilizar”. Su mística es: si no no”. Si las palabras del Santo suenan fuertes en el comienzo de la Era Industrial (siglo XVIII), hoy, en la decadencia de la civilización que la provocó, al final de las cosas viejas, resuenan como la sentencia inapelable del destino. Los portales de Acuario han sido abiertos por el Maitreya para el hombre que renuncia. José
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