Nº 67 - La Expansión

La difusión de las Enseñanzas, llegando a los rincones más apartados del Planeta, en diferentes idiomas, transferidas a miles de computadoras receptoras de Internet y multiplicadas por las impresiones particulares no es la Expansión del Mensaje, sino un paso previo, indispensable, muy útil para que la idea se conozca y divulgue.

La comunicación de las Enseñanzas, oralmente, de Maestro a Discípulo, del Orador a los oyentes en las Reuniones del Director espiritual en Conferencia Espiritual privada con el alma receptora, tampoco es recibir la Enseñanza, que es un fenómeno interior solitario del ser consigo mismo.

Cumplir minuciosamente los mandatos de la Observancia en una Comunidad, día y noche, en vigilia y en el sueño, tal como está señalado en el Curso “Intimidad de los Perfectos”, no es poseer la Renuncia, sino una aproximación a la misma. En la conferencia “La perfección Integral”, del año 1951, el Maestro Santiago demuestra audazmente que ser perfecto en una línea del desenvolvimiento místico, no es por eso la realización espiritual, sino sólo la conquista de una virtud. La vida exaltada es inmensamente más amplia que la disciplina de Comunidad, la experiencia ermitaña, o la ascética mística (experiencias particulares para aquellos que se sienten inclinados a realizarse por esas vías, pero que no es para todos). La Renuncia es la ley del Universo que los hombres sin distinción deberán acatar si quieren sobrevivir. En la peor condición social imaginable un ser puede encontrar a Dios, como demostraron Santa Margarita de Cortona y Santa Catalina de Siena, con su famosa frase de amor a Dios. A veces hay que renunciar a las bendiciones de la vida retirada y lanzarse a las calles ruidosas de los hombres modernos para cumplir la misión que les ha sido conferida, como hizo el Maestro Santiago cuando, siendo joven en Venecia, dejó la paz de la Orden Chef, a los compañeros, al Maestro, la seguridad, y marchó hacia una tierra extraña, Argentina, para expandir el Mensaje de la Renuncia.

Las Enseñanzas del Maestro Santiago se difunden globalmente a través de los mejores medios masivos para que todos los hombres, sin excepción, puedan conocer las nuevas ideas de la Renuncia. Es el punto de partida del cambio. Si no se conocen los conceptos que están penetrando suavemente en las mentes humanas, nunca sabrán los hombres dónde están parados. En estos tiempos de crisis entre dos culturas muy diferentes, extrañas entre sí y aún contradictorias, las corrientes de pensamiento se entremezclan y adquieren formas movedizas, alternativas, perjudiciales. Es necesaria una orientación para desenvolverse en la dirección correcta. Esa base son las Enseñanzas Canon que el Maestro ha concretado en Cursos inteligibles, de fácil comprensión.

La Biblia es el libro más leído, está traducido a todos los idiomas del mundo; sin embargo, nunca la Humanidad estuvo más alejada de Cristo que hoy. ¿Dónde está el poder de las palabras? Desde siglos las Tablas de la Ley de Moisés enseñan a los judíos a no matar, no robar, etc., pero nadie actúa consecuentemente. Las palabras pronunciadas, escritas y digitales, no constituyen el poder de las ideas; son signos de comunicación entre personas para comprender una idea, pero no son la idea misma. Alan Watts escribió una vez: “Es imposible bañarse con la palabra agua”. Las Enseñanzas no son La Enseñanza. La Enseñanza de la Renuncia tampoco es la Renuncia en sí. La Renuncia es experiencia continuada, dinámica, alternativa y analógica. Para sostenerse en aguas profundas y agitadas hay que nadar; sólo los cadáveres flotan inmóviles.

Las palabras, salvo en poesía, no son la realidad; constituyen la plataforma que la expresa. El David de Miguel Ángel necesita de la base para sostenerse; apoyado sólo en los pies se caería. Ninguna cosa se mantiene por sí misma, porque el mundo es un compuesto de partes entrelazadas que se animan unas a otras. El hombre no es simple, sino compuesto por muchas partes interdependientes e indispensables. La Renuncia no es la realidad, sino la ley del Universo que la mantiene en una constante contradicción analógica.

Las Enseñanzas del Maestro Santiago contienen muchas contradicciones porque no siguen una línea recta, sino alternativa; se expresan con siete interpretaciones. El desenvolvimiento espiritual en línea recta conduce al estallido. Aquellos místicos que logran algo, un estado psíquico, un poder, una virtud, un don sobrenatural, si no lo transmutan hacia un estado superior de ofrenda, estallan.

La Doctrina de la Renuncia contiene siete interpretaciones; como está expresada en una primera lectura de las Enseñanzas, concede premios de gran valor que las almas aprecian y conservan, un tesoro de bienaventuranza permanente. En una segunda lectura de las mismas se advierte que toda posesión, aún la más elevada, es una trampa, una jaula de oro que atrapa la libertad del ser. En Cafh muy pocos pasaron de la primera etapa, en esta época burguesa, mercantilista y espiritualmente mediocre. El Templo de Iniciación de Amón en Egipto antiguo y politeísta, tenía siete recintos graduales y progresivos. Las Enseñanzas del Maestro Santiago son la expresión escrita e ideal del Templo de Amón (“El Templo de la Iniciación”, del Curso "Historia de las Órdenes Esotéricas”).

Cuando el Maestro Santiago entregó su testamento espiritual en el Mensaje de Plenilunio de 1962, no pidió algo extraño, sino el cumplimiento del paso siguiente del desenvolvimiento de la Obra. “Expandid el Mensaje de la Renuncia por todo el mundo”. Los recursos para difundir, divulgar escritos, comunicar ideas eran tan eficaces antes como ahora, impresiones, conferencias, radio, televisión. Incluso había anunciado, en cierta ocasión, poco antes de morir, que daría conferencias públicas en Estados Unidos, con capa ceremonial y un traductor, iniciando personalmente la difusión del Mensaje en la gran nación del norte.

Los hombres son aptos para recibir ideas y conceptos espirituales modernos, de cualquier corriente filosófica. Quienes recibieron las Enseñanzas en la Orden eran personas comunes sin ninguna preparación especial: amas de casa, estudiantes secundarios, obreros, empleados públicos, etc. Recibían las Enseñanzas y se les pedía que las estudiaran, nada más. La comprensión, el entendimiento, la realización de las ideas cada uno tenía que adquirirlo por sus propios medios, exactamente igual que ahora. El diccionario es claro: Expandir significa extender, dilatar, difundir, divulgar. Así se ha hecho con los medios electrónicos informando la Doctrina para todos los países del mundo. Cualquier otra interpretación que se le quiera dar a la palabra expandir es subjetiva e irrelevante. No hace falta tomar aviones, trasladarse a otro lugar, contar con grandes equipos para hacerlo; la tecnología moderna hace el trabajo por sí misma, en tiempo real, sin deformaciones. Cualquier persona que acepte la exhortación del Maestro y quiera sumarse a la misión, sólo tiene que tomar la Enseñanza que más le gusta, o todas, y divulgarla desde su casa con su computadora doméstica. La Doctrina es de todos y está en un medio masivo, Internet. La expansión no cuesta nada; es gratuita. No es propiedad privada.

El Maestro Santiago era preciso en el significado de las palabras que empleaba, y no admitía interpretaciones subjetivas en asuntos de doctrina. “Cafh es una reunión de almas que buscan su liberación interior por medio de una disciplina exterior”, dice al Artículo 2 del Reglamento. Cualquier otra definición es ilegal. La Renuncia no es un dogma, sino un sendero espiritual que hay que transitar, según está explicado en la obra del Maestro. La expansión del Mensaje es formal, explícita, objetiva, se puede ver y tocar, se preproduce, se multiplica, se lee, se escucha, se puede pasar de mano, transita por teléfono, por correo. Es la plataforma donde se asientan las ideas de la Renuncia. ¿Si no se movieran externamente, con entera libertad, cómo podrían llegar a las almas?

Las Enseñanzas que Santiago Bovisio transmitía a unos pocos hombres en las Reuniones de Cafh ahora se divulgan para los lugares más lejanos, con otros medios. Antes se repartían copias de papel carbónico escritas en máquinas de escribir mecánicas. Ahora se difunden por Internet las mismas Enseñanzas originales tal como las escribió el autor con su puño y letra. Sólo han cambiado los instrumentos de comunicación y el ámbito de difusión; pero el trabajo real que promueven las Enseñanzas sigue siendo el mismo: Esfuerzo interior, voluntario, disciplinado para superarse, transformando al hombre viejo.

¿En esta época oscura, con tantas calamidades naturales y sociales que agobian a las familias en todas partes, cómo pueden andar los hombres por la senda de la vida sin extraviarse, sin perderse en la desesperación, sin perturbarse en la lucha? ¿Dónde encontrar una guía aceptable para educar a los hijos, elegir una profesión que no deshumanice; dónde ubicar un lugar de paz para sostener la familia? ¿Cómo escapar de la brutal invasión de las drogas, la televisión, las modas, las pandemias? No hay ningún lugar seguro en la Tierra, en los bosques, en las ciudades, en el mar, ni en el hogar. En la noche difícil que nos envuelve necesitamos una luz, por pequeña que sea, que ilumine nuestro sendero; somos viandantes y lo recorremos temblando, pues es peligroso y difícil. La inseguridad nos domina. El miedo perturba los corazones. ¿No hay nadie que pueda ayudarnos? Estamos solos en la oscuridad. Una pequeña luz ilumina el camino: es el Maestro que se aproxima con su lámpara encendida y las Enseñanzas en la mano. Hay otras lámparas también. Las Enseñanzas no son el camino que tengo que transitar, pero lo iluminan, me indican por donde tengo que ir, me advierten de los obstáculos y las piedras del camino, me dan aliento para seguir adelantando. No me puedo quedar en este lugar incierto; tengo que seguir en medio de la tormenta. La lámpara encendida del Maestro ilumina mis pasos y a medida que avanzo me voy transformando en un camino.

Los hombres necesitan conocer las Enseñanzas; tienen derecho de llevar en sus manos una luz que guíe sus pasos. Cuando las demás lámparas se están apagando, el Mensaje de la Renuncia se expande por la Tierra iluminando el andar de la Humanidad hacia el nuevo mundo.

José González Muñoz
Enero de 2006

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