N°
7 - ¿El Maitreya está aquí?
Los pueblos
han establecido las cronologías a partir de sus fundadores religiosos
o políticos: los romanos con la obra de Rómulo, los cristianos
desde el nacimiento de Jesús, los musulmanes desde la Hégira
de Mahoma; el desenvolvimiento de esos pueblos se ha regulado de acuerdo
con dicho acontecimiento fundacional. Ahora la Humanidad está en
el centro de una coyuntura cósmica e histórica: el comienzo
de la nueva Era de Acuario y la expectativa de un Redentor Universal que
cambiará todo, el Maitreya. Los diversos pueblos cuentan el tiempo
de manera diferente, según sus creencias. Si el Maitreya puede
conciliar a los hombres con una doctrina apta para todos, habrá
cumplido el soñado anhelo de la Religión Universal que tanto
han esperado los filósofos y los santos de todos los tiempos. El
planeta está globalizado, las comunicaciones de mercaderías,
personas e ideas son fáciles, progresan las máquinas traductoras
en diversos idiomas, las religiones con sus dioses personales están
desprestigiadas, las nacionalidades están en baja o en bancarrota,
una incredulidad depuradora barre todos los estamentos sociales. ¿Pueden
ser éstas las condiciones necesarias para un mensaje universal?
Es imposible adivinarlo o fijar una premonición sobre los tiempos
venideros. También Jesús tuvo muchas dificultades para hacerse
oír, a pesar de los milagros y los hechos extraordinarios que rodeaban
a su persona. Hubieron de pasar varios siglos para que su palabra fuese
escuchada y acatada por los seguidores, apenas una cuarta parte de la
Humanidad. ¿Se repetirá la dolorosa experiencia del Redentor
con sus frustraciones y fracasos? Nadie lo sabe. Pero la estricta figura
simétrica del Maitreya, según las dimensiones del cambio
de raza y la cronología de las etapas en la evolución humana,
no sería Jesús, sino Rama, el destructor de los Atlantes
y vencedor en la Guerra de los 1.500 años. El escenario político
social del mundo en tiempos de Jesús era diferente al actual; el
Imperio Romano estaba pacificado y la prédica del Redentor se hizo
en una región pequeña en el idioma local.
Si quisiéramos intuir nuestro tiempo crítico, sus fuerzas
visibles e invisibles en conflicto, la transferencia de poderes en rápidos
movimientos, los protagonistas, las modificaciones terrestres y biológicas
que se están produciendo, el poder destructivo de las armas, la
degeneración psicológica de las masas, y la presencia del
Gran Iniciado Solar, tendríamos que recurrir al último enfrentamiento
entre Atlantes y Arios, hace 20.000 años, relatados en el Ramayana
y en las Enseñanzas de "Antropogénesis" e "Historia
del Hombre". La Historia es maestra de las Naciones, y si bien cada
época tiene sus propias características, las civilizaciones
nacientes se apoyan sobre experiencias anteriores y reiteran principios
básicos de la Raza Raíz que es importante conocer. Este
conocimiento no modificará la secuencia de los fenómenos
pronosticados, tarea que está en las manos del Maitreya, pero nos
ayudará individualmente a comprender los acontecimientos.
a.
Los Atlantes y Nosotros
Es notable
la semejanza de ciertas experiencias, técnicas y hábitos
culturales de la civilización moderna con algunos de los aspectos
más negativos de la última civilización atlante,
y que provocaron su derrumbe definitivo. Estos fueron registrados por
autores modernos como H. P. Blavatsky, el norteamericano Edgar Cayce,
Santiago Bovisio, el mitólogo J. R. R. Tolkien, y otros conocidos
internacionalmente.
Las fuentes de la información son siempre los Anales Akásicos
a los que se accede por clarividencia. Dice Cayce, en versión de
Charles Berlitz: "Grandes ciudades de piedra provistas de todas las
comodidades modernas, medios de comunicación de masas, transporte
aéreo, marítimo y terrestre, y algo que aún no hemos
alcanzado, como es la neutralización de la gravedad y el control
de la energía solar por medio de cristales eléctricos. El
deterioro de la civilización atlántica hizo que su destrucción
resultara segura. El descontento de la población, la esclavitud
de los obreros y las mezclas (producto de cruce de hombres y animales),
los sacrificios humanos, el adulterio y la fornicación generalizados
y el mal uso de las fuerzas de la naturaleza, especialmente la utilización
de "piedras de fuego" para el castigo y la tortura, fueron algunos
de los elementos que contribuyeron al desastre".
Escribe el Maestro Santiago: "Construyeron hombres de hierro y los
animaron con elementales; estos hombres de hierro obedecían ciegamente
todos sus mandatos. Durante centurias trabajaron afanosamente, construyeron
proyectiles cargados de electricidad, aeronaves poderosas y toda clase
de ácidos corrosivos y destructivos... Lucharon los magos negros
contra los hombres blancos y los arios fueron heridos de muerte. Si bien
éstos se defendían valerosamente, perecieron millones de
ellos ante los monstruos de hierro que, guiados por los magos negros,
parecían invencibles... Los atlantes iban ganando terreno, hasta
que la Naturaleza vino en ayuda de los hombres que tenían que poblar
la tierra nueva. Cuando termina un año sideral, el eje de la Tierra
cambia de posición y eso aconteció entonces. Durante cuarenta
días llovió agua y fuego del cielo, y llovió hasta
que casi toda la tierra quedó sumergida bajo las aguas. Cuando
volvió la paz, los atlantes quisieron seguir su camino; les fue
imposible andar, pues se tumbaban por tener alterado su centro cerebral
de equilibrio. Los Arios, en cambio, como tenían sus cerebros dispuestos
para las nuevas metamorfosis terrestres, fueron beneficiados por este
cambio. Quitado el poder de los elementales a los hombres de hierro por
los Iniciados Arios, los atlantes ya no tenían salvación.
El diluvio se había tragado a Atala, la tierra del pecado, y al
término de esta lucha de mil quinientos años, los arios
dominaban en la Tierra."
La época moderna tiene los mismos signos de perversidad con una
tecnología de destrucción semejante a la de los Atlantes.
Nos encontramos en los bordes de otro año sideral y ya se perciben
algunos síntomas en las perturbaciones ambientales y terrestres
en todos los continentes. Terminó el ciclo de la antigua raza,
y aparecen los signos de la nueva. Los Atlantes fueron destruidos cuando
los cambios planetarios alteraron su sistema de equilibrio y no pudieron
manejar los monstruos de hierro. Nuestra tecnología moderna, basada
en el uso del campo electro magnético y las computadoras automáticas,
es muy frágil; la más pequeña modificación
vibratoria de Fohat (que está bajo el dominio de los Poderes Divinos)
y todo el sistema se derrumbará: satélites, I.C.B.M., portaviones,
transporte aéreo y marítimo, comunicaciones, etc., todo.
El progreso humano volverá a cero porque los hombres no saben vivir
sin apoyo técnico. Por cierto, estas modificaciones globales son
muy lentas y pueden llevar siglos, pero los cambios son irreversibles.
Una imagen de lo que puede ocurrir con los nuevos hombres, es la descripción
que hace el Maestro Santiago de los primeros teutones que vencieron a
los atlantes, y que podría repetirse en nuestros descendientes.
"El primer brote de los teutones era de aspecto horrible. La mezcla
entre los celtas y los atlantes trajo como consecuencia una natural insuficiencia
de la glándula hipofisiaria. Puede afirmarse que todos eran acromegálicos,
de cráneo pequeño, grandes mandíbulas, ojos hundidos,
pómulos salientes, labios gruesos, manos y pies muy grandes. De
facultades mentales poco desarrolladas, vivían en estado semisalvaje,
verdaderos hombres de las cavernas y de la Edad de Piedra. Parecía
que la antigua grandeza y esplendor de la Raza Aria había terminado;
pero como nada perece, tampoco pereció esa grandeza y cultura;
la potestad de razonar, propia de los arios, era como una semilla en el
seno de esos pueblos, que brotaría con una fuerza extraordinaria."
b.
Los Desmanes de la Ciencia Médica
Se pueden
comparar los experimentos inhumanos de la ciencia médica moderna
con los realizados por los magos negros atlantes que produjeron el derrumbe
de esa civilización. Los magos negros utilizaban su enorme poder
psíquico y el dominio sobre los elementales para modificar la naturaleza
humana en provecho propio. Los científicos modernos carecen de
conocimientos y capacidades parasicológicas, pero cuentan con un
arsenal tecnológico impresionante muy avanzado y métodos
racionales casi perfectos. La motivación que los empuja es la misma:
el ansia de poder a través del dinero. Las consecuencias probablemente
serán las mismas: la destrucción de la civilización
técnica. Algunos ejemplos:
1.- Trasplantes de órganos de unos seres a otros, incluyendo animales.
2.- Reproducción por clones en vegetales y animales, y pronto en
los seres humanos.
3.- Fecundación in vitro y fecundación de óvulos
de padres muertos.
4.- Creación de quimeras y monstruos.
Son muchas las investigaciones que se están desarrollando para
adquirir más poder, especialmente al servicio de las fuerzas armadas.
La ciencia esotérica afirma que muchas de las especies de monos
son ex-humanos degenerados por el cruce genético de los magos atlantes.
La metodología genética actúa mecánicamente,
como si los genes fuesen piezas intercambiables. El Curso VIII, "Ciencia
de la Vida", enseña el nacimiento, desarrollo y fisiología
del cuerpo como un todo interconectado con otras fuerzas a las cuales
no tienen acceso, ni conocimiento, los científicos. Los experimentos
genéticos logran resultados, pero son un desastre. Por una sola
oveja "Dolly" clonada que sobrevivió, se produjeron 99
monstruos horribles que fueron sacrificados sigilosamente. Dice el Maestro
Santiago en una Enseñanza: "No se puede construir algo físico
sin que previamente se lo haga astralmente". ¿Conocen los
ingenieros genéticos el mundo astral? La Vida es un don de los
Dioses que sólo ellos pueden tocar; la genética es la ciencia
del pecado que está empujando a la destrucción. El Génesis
se refiere a esta situación, diciendo en 3.24: "Y habiendo
expulsado a Adán puso delante del jardín de Edén
querubines, y la fulgurante espada que se agitaba, a fin de guardar el
camino del árbol de la vida". Ningún poder humano puede
entrar allí. Los experimentos con la clonación humana son
locuras del mal. El Génesis transmite informaciones egipcias antiguas
de los templos anteriores a Moisés. La lucha de los 1.500 años
se desarrolló en Abelton, actual África.
c.
El Maitreya es el Salvador
No es la
primera vez que la Humanidad se encuentra en una encrucijada muy difícil.
Cada cambio de raza y subraza implica modificaciones estructurales en
el ser humano y en la geografía que lo sostiene. Por sí
solo, el hombre no puede resolver los problemas, porque la mayor parte
de los mismos están en otras dimensiones que la pobre mente humana
no conoce ni tiene poder para actuar. Los Grandes Iniciados Solares, Lunares
y del Fuego son los protagonistas de las modificaciones previstas en el
Plan Divino de evolución. Las teorías materialistas de una
evolución natural y espontánea son hipótesis sin
fundamentos. Para evolucionar hace falta la inteligencia y la fuerza de
los Dioses. El Iniciado Solar ya está aquí, acompañado
de un indeterminado número de Iniciados Lunares y del Fuego. Es
la clave de la salvación, hagan lo que quieran los hombres, amigos
o adversarios.
El objetivo de estas Reflexiones es ayudar a los lectores a comprender
el mundo en sus contradictorias facetas a la luz de las Enseñanzas
del Maestro Santiago. No se puede vivir en la oscuridad; tenemos que ver
el lugar donde nos encontramos y qué actitud interior podemos adoptar
en provecho de nuestra alma. Si se piensa tomar una determinación
importante como si estuviésemos a comienzos del siglo XX cometeríamos
errores inútiles, porque estamos en el comienzo del tercer milenio,
totalmente diferente. Especialmente los jóvenes que deben adoptar
rumbos decisivos para toda la vida son quienes más necesitan conocer
la situación del mundo actual. Esperamos que estas Reflexiones
contribuyan de alguna manera y estimulen a los lectores en el estudio
permanente de las Enseñanzas. Constituyen un sistema profético
completo sobre el hombre acuariano y la mística apropiada para
realizarlo. Básicamente, nos permiten estar atentos y vigilantes
para el momento que el Maitreya envíe sus señales anunciando
que la Obra ha comenzado.
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