ÍNDICE:
Enseñanza 1: La Palabra Hes
Enseñanza 2: Definiciones de las Palabras de Hes
Enseñanza 3: Explicación de las Nueve Primeras Palabras
Enseñanza 4: Las Diez Palabras de la Creación
Enseñanza 5: Las Ocho Palabras Planetarias
Enseñanza 6: Las Siete Palabras Virtuales
Enseñanza 7: Símbolos Gráficos
Enseñanza 8: NO SER
Enseñanza 9: SER y NO SER
Enseñanza 10: Cronología Hindú
Enseñanza 11: El Génesis
Enseñanza 12: El Despertar
Enseñanza 13: La Manifestación Primera
Enseñanza 14: La Creación Universal
Enseñanza 15: La Formación de los Sistemas Planetarios
Enseñanza 16: La Humanidad
Enseñanza 1: La Palabra de Hes
Cuando la mente humana, remontando el vuelo a las altas regiones de la formación universal, apunta sus focos de concentración en el primer Pensamiento Divino, que creó o del cual surgió el Universo, se pierde en el pavoroso abismo de lo indescriptible, se desorienta a las puertas de las inconmensurables aguas de la Eternidad.
Por eso, la Cosmogonía, como estudio, como “reglas”, didácticamente hablando, es una mera especulación.
Únicamente podrá el estudiante, por un sentido conciente y retrospectivo de su parte interna más noble y superior, llegar a una intuición de cómo fue hecha la Creación Universal, cómo surgen y se forman los mundos y los millares de sistemas solares que, como puntos luminosos, surcan el espacio infinito.
¿Cuál es la incógnita fuerza que los aviva, mantiene y conserva? Y ¿cómo se efectúa la desintegración que devuelve el todo al Todo?
Ciencia y religión, durante infinitas centurias, escudriñaron en las profundidades de los cielos y del alma humana. Cavilaron penosamente, trazaron esquemas y génesis de toda forma y al alcance de toda comprensión, para dar al hombre una pequeñísima y lejana idea de la Formación Universal.
Hoy día hay dos grandes bandos de opinión en el seno de la Humanidad, respecto de la Cosmogonía: el de los animistas, que se aferran tenazmente a la idea de una Creación hecha por un dios personal; y el de los científicos, que afirman una consecuencia de fuerza y de leyes que producen todo lo resultante, por una expansión de la fuerza desde adentro hacia afuera.
¿Quién tiene razón? ¿Es la Creación Universal hechura de un Creador? O bien ¿es el resultado de una fuerza infinita?
Cabe repetir: Para penetrar en la noche luminosa de los mundos y captar el secreto rutilante de los millares de estrellas que caminan al compás infinito de un mandato desconocido, en el espacio, hay, ante todo, que sentir y penetrar por uno mismo en el secreto de la existencia infinita, de la cual el hombre es un bosquejo en miniatura.
En el Templo de Ahehia, en Kaor, sobre la negra y cónica piedra que cierra el sepulcro de la Divina Madre Hes, está escrita la historia del Universo con místicos signos.
Así está escrito:
“Él no Es.
“Él Es Uno.
“Todos en Él son Uno.
“Él Es nuestro destino y nuestra finalidad.
“Él Es nuestro principio y nuestro fin, pues Él Es Todo.
“Antes Él Estaba; ahora Está; siempre Es, ¿y antes?...
“Estaba en absoluto descanso.
“¿Era Omnipotente? ¿Era Omnipresente? ¿Era Omnisciente?
“No es. No es. No es.
“Ahora Está en el Trabajo Universal; vuelve a la manifestación.
“Vida de todas las vidas.
“Ser de todos los Seres.
“Fuerza de todas las Fuerzas.
“Reflejo de todas las cosas.
“Él Es el Centro.
“Él Es la Derecha.
“Él Es la Izquierda.
“Él Está por arriba.
“Él Está por abajo.
“Por Él fueron hechos los mundos.
“En Él están todas las cosas creadas.
“Él Es el Soplo y la Vida y Él ha hecho los mundos.
“Pero ¿qué son los mundos?
“Son Él Mismo.
“Él Es Uno; centro de todas las cosas.
“Él Son Dos: la materia y la chispa.
“Él Son Tres: Fuerza primaria, reflejo de lo grande en lo pequeño, enlazados por su siempre manifestada Divinidad.
“Cuatro son sus extremidades: Teogonía, Cosmogonía, Teurgia y Física.
“Cinco son sus Sabidurías que el hombre puede alcanzar.
“Seis son los Sagrados Candeleros que alumbran el Altar de su Templo: Fe, Esperanza, Caridad; Obediencia, Pobreza y Castidad.
“Pero con el Siete fueron hechas las divisiones de todas las cosas.
“Haz tu cálculo, discípulo, y tendrás la cuenta del Universo.
“Ocho es el número de sus armonías: cuatro arriba y cuatro abajo.
“Divino y humano, día y noche; pares de opuestos que se conocen y jamás se encuentran.
“Nueve es el número de sus Divinos Constructores, de sus Distribuidores, de sus Hacedores.
“Diez es el número de la Perfecta Unión...El Cielo Pacífico.
“El Nirvana Silencioso.
“El Olimpo de la Realización.
Enseñanza 2: Definiciones de las Palabras de Hes
1. ÉL NO ES.
El Inmanifestado no admite definición; definirlo seria negarlo.
2. ÉL ES UNO.
La manifestación es la Unidad, la totalidad del Espíritu Universal.
3. TODOS EN ÉL SON UNO.
En la manifestación la Unidad adquiere una pluralidad que es ilusoria.
4. ÉL ES NUESTRO DESTINO Y NUESTRA FINALIDAD.
El Espíritu Manifestado y la pluralidad ilusoria son una misma cosa.
5. ÉL ES NUESTRO PRINCIPIO Y NUESTRO FIN, PUES ÉL ES TODO.
La Unidad del Espíritu está presente integralmente en todas las formas de existencia.
6. ANTES ÉL ESTABA; AHORA ESTÁ; SIEMPRE ES; ¿Y ANTES?...
Lo Inmanifestado y la manifestación no son dos espíritus, pues Aquél que Es nunca deja de ser Aquél que No Es.
7. Él ESTABA EN ABSOLUTO DESCANSO.
Lo Eterno no admite discurso.
8. ¿ERA OMNIPOTENTE? ¿ERA OMNIPRESENTE? ¿ERA OMNISCIENTE?
Los atributos de la manifestación desaparecen instantáneamente al considerar lo Eterno como Inmanifestado.
9. NO ES. NO ES. NO ES.
Ni materia, ni mente, ni espíritu manifiesto son distinguibles en lo Inmanifestado.
10. AHORA ESTÁ EN EL TRABAJO UNIVERSAL; VUELVE A LA MANIFESTACIÓN.
Cuando se considera a Dios como Manifestación, enseguida se establece la diferenciación.
11. VIDA DE TODAS LAS VIDAS.
En la manifestación no existe Espíritu sin vida, ni vida sin Espíritu.
12. SER DE TODOS LOS SERES.
Todo hombre es Dios en miniatura considerando sus posibilidades.
13. FUERZA DE TODAS LAS FUERZAS.
La energía cósmica es distinta en sus apariencias pero igual en su fundamento.
14. REFLEJO DE TODAS LAS COSAS.
El Espíritu tiene un único procedimiento para la Creación, que se refleja en todos los otros procedimientos semejantes.
15. ÉL ES EL CENTRO.
El centro es la parte potencial más cercana a lo Inmanifestado.
16. ÉL ES LA DERECHA.
Dios Manifestado es esencia primordial masculina.
17. ÉL ES LA IZQUIERDA.
Dios Manifestado es esencia primordial femenina.
18. ÉL ESTÁ POR ARRIBA.
La Idea Primera es dios Personal y Creador.
19. ÉL ESTA POR ABAJO.
Las múltiples ideas son el Satán o factor destructor.
20. POR ÉL FUERON HECHOS LOS MUNDOS.
Dios se reconoce a Sí mismo espontáneamente en su Creación.
21. EN ÉL ESTAN TODAS LAS COSAS CREADAS.
En relación a la Divinidad los valores cuantitativos del átomo son equivalentes a los valores cuantitativos del sol.
22. ÉL ES EL SOPLO Y LA VIDA Y ÉL HA HECHO LOS MUNDOS.
El Soplo de Dios es conciencia-idea y la Vida de Dios es fenómeno-voluntad.
23. PERO ¿QUÉ SON LOS MUNDOS?
La conciencia-idea y el fenómeno-voluntad no tienen diferencia entre sí.
24. SON ÉL MISMO.
Dios no está encerrado en su Creación, ni fuera de ella; sino Él Es.
25. ÉL ES UNO, CENTRO DE TODAS LAS COSAS.
La Unidad es siempre integral.
26. ÉL SON DOS: LA MATERIA Y LA CHISPA.
En la manifestación Dios es Él y su reflejo.
27. ÉL SON TRES: FUERZA PRIMARIA, REFLEJO DE LO GRANDE EN LO PEQUEÑO, ENLAZADOS POR SU SIEMPRE MANIFESTADA DIVINIDAD.
La Fuerza Primaria es la Mente Creadora; el Reflejo de lo grande en lo pequeño es la Vida Material y su siempre Manifestada Divinidad es la Energía Foática.
28. CUATRO SON SUS EXTREMIDADES: TEOGONÍA, COSMOGONÍA, TEURGIA Y FÍSICA.
El cuatro simboliza la materialización de las tres cualidades fundamentales.
29. CINCO SON SUS SABIDURÍAS QUE EL HOMBRE PUEDE ALCANZAR.
El aspecto más inferior, el número cuatro, cuando es puesto en movimiento se transforma por el esfuerzo en el número cinco.
30. SEIS SON LOS SAGRADOS CANDELEROS QUE ALUMBRAN EL ALTAR DE SU TEMPLO: FE, ESPERANZA, CARIDAD; OBEDIENCIA, POBREZA Y CASTIDAD.
Estos son los pasos iniciáticos para la perfección del hombre.
31. PERO CON EL SIETE FUERON HECHAS LAS DIVISIONES DE TODAS LAS COSAS; HAZ TU CÁLCULO DISCÍPULO, Y TENDRÁS LA CUENTA DEL UNIVERSO.
Siete es el número simbólico de la Divinidad en el hombre.
32. OCHO ES EL NÚMERO DE SUS ARMONIAS; CUATRO ARRIBA Y CUATRO ABAJO. DIVINO Y HUMANO, DIA Y NOCHE, PARES DE OPUESTOS QUE SE CONOCEN Y JAMÁS SE ENCUENTRAN.
Esto es símbolo de la Armonía Universal; como es arriba es abajo.
33. NUEVE ES EL NÚMERO DE SUS DIVINOS CONSTRUCTORES, DE SUS DISTRIBUIDORES, DE SUS HACEDORES.
La Creación del Cosmos se efectúa así: Una mente, una energía y una materia que lanzan la idea; una mente, una energía y una materia que la transmiten y una mente, una energía y una materia que la ejecutan.
34. DIEZ ES EL NÚMERO DE LA PERFECTA UNION...EL CIELO PACÍFICO. EL NIRVANA SILENCIOSO. EL OLIMPO DE LA REALIZACIÓN.
El número diez es el símbolo del regreso del Espíritu Individual al Espíritu Universal.
Enseñanza 3: Explicación de las Nueve Primeras Palabras
“ÉL NO ES”
Dios, como fundamento universal, no puede ser definido. Definirlo sería negarlo; atribuirle cualidades sería limitarlo. Si el espíritu humano llegara a Él, no podría describirlo porque sería inmediatamente absorbido en lo Eterno.
“ÉL ES UNO”
Al estremecerse la inmensidad desconocida, una luz surge de las tinieblas; y una sola luz. No puede haber dos luces porque, por su naturaleza potencialmente divina, no hay más que un Espíritu.
“TODOS EN ÉL SON UNO”
La pluralidad de los espíritus que surcan los espacios, desde la Conciencia Divina hasta la voluntad humana, están individualizados únicamente por los velos de la ilusión; pero, enseguida que desaparece la causa que motivó el efecto, caen los velos, huyen las sombras, y los muchos vuelven a ser el Uno.
“ÉL ES NUESTRO DESTINO Y NUESTRA FINALIDAD”
Aún los velos de la ilusión son Él. Él es la Unidad y Él es las múltiples formas de todo lo que compone la existencia, los destinos de los seres. Su Divinidad, reflejada en las finalidades humanas, hace que estas cambiantes formas sean tan Divinas como Él mismo.
“ÉL ES NUESTRO PRINCIPIO Y NUESTRO FIN, PUES ÉL ES TODO”
Él es el Espíritu Creador y es la florcita más pequeña del valle. La Divinidad está presente desde la primera manifestación de la vida hasta la reintegración de las almas al estado primario. Espíritu y materia es una sola cosa. Alma y cuerpo son dos aspectos distintos de una misma esencia. Por eso. Él, que está en todo, es el principio y el fin.
“ANTES, ÉL ESTABA; AHORA ESTÁ; SIEMPRE ES; ¿Y ANTES?...
El Espíritu, en su esencia, nunca puede variar. No le afectan las formas, la duración ni los cambios. Pasan por ante Él todas las radiaciones de su creación sin afectarle en lo mínimo. Pero ¿es distinto Él de lo Inmanifestado? ¿Hay una diferencia señalada por las palabras “¿Y antes?” entre lo manifestado y lo Inmanifestado? No hay ninguna. Él siempre Es. Si Él siempre Es, nunca deja de ser Aquel que No Es.
“ESTABA EN ABSOLUTO DESCANSO”
Cuando se discurre sobre lo Eterno, que no admite discurso, sólo una palabra cabe: No. No. No.
“¿ERA OMNIPOTENTE? ¿ERA OMNIPRESENTE? ¿ERA OMNISCIENTE?
Si bien Él posee todos estos atributos, enseguida que Él se disponga a reconocer que Él es Aquello, deja instantáneamente de poseerlos.
“NO ES. NO ES. NO ES”
Se niega aquí tres veces, porque ni materia ni mente ni espíritu son distinguibles en Aquello; sólo participan de su Divinidad en estado latente, sin definición.
Enseñanza 4: Las Diez Palabras de la Creación
“AHORA ESTÁ EN EL TRABAJO UNIVERSAL; VUELVE A LA MANIFESTACIÓN”
En la manifestación Universal las separaciones se hacen visibles y tangibles. Omnipotencia, Omnipresencia y Omnisciencia parecen separarse y formar estados independientes para la orden del Trabajo Cósmico.
“VIDA DE TODAS LAS VIDAS”
Una partícula Divina anida en toda partícula substancial. En donde hay Espíritu, hay alma y materia.
“SER DE TODOS LOS SERES”
Todo hombre es Dios en miniatura. Si desapareciera la Humanidad y quedara un solo hombre, éste la representaría toda. El Ser está reflejado en los seres como el Sol en todas las gotas de agua.
“FUERZA DE TODAS LAS FUERZAS”
Todos los individuos emplean, en sus esfuerzos para alcanzar la perfección de las especies, un elemento energético distinto en su apariencia pero igual en su fundamento. La energía que hace levantar un brazo es la misma Energía que hace mover los sistemas planetarios.
“REFLEJO DE TODAS LAS COSAS”
Como es arriba es abajo. Como es abajo es arriba. El átomo copia, trazando el círculo de su campo magnético, el círculo que trazó el Espíritu sobre el espacio virgen, limitándolo y haciéndolo apto para reflejar otro círculo semejante; y así sucesivamente, hasta lo infinitesimal.
“ÉL ES EL CENTRO”
Él es el centro del Espíritu porque es aquella parte divina y potencial más cercana a lo Inmanifestado.
“ÉL ES LA DERECHA”
Esta sentencia explica que el Espíritu toma parte directa y creadora en la formación cósmica, con una actividad masculina siempre palpitante.
“ÉL ES LA IZQUIERDA”
La actividad masculina siempre palpitante del Espíritu se transforma en la izquierda, en proporción a su alejamiento de su punto céntrico y creador, actuando como Espíritu potencial y esencialmente femenino.
“ÉL ESTÁ POR ARRIBA”
Él es el Dios Personal Bondadoso y Luminoso de todas las teologías místicas. Él es el Bien, es la Luz, es la Acción.
“ÉL ESTÁ POR ABAJO”
Él es, al mismo tiempo, el demonio, el Satán, la Dama Negra. Es la reacción, la sombra, el mal. Van tan estrechamente unidos estos dos aspectos, divino y demoníaco y son tan necesarios para el mantenimiento de la Creación Universal, como lo es la destrucción para la reconstrucción, la muerte para la vida.
Enseñanza 5: Las Ocho Palabras Planetarias
“POR ÉL FUERON HECHOS LOS MUNDOS”
Para que Dios quisiera reconocer, en Sí, su Divinidad potencial y activa, hizo el Universo y lo mantiene; así el hombre reconoce el valor de sus ideas cuando las ve realizadas.
“EN ÉL ESTAN TODAS LAS COSAS CREADAS”
Desde el punto de vista divino, los valores cuantitativos del átomo son exactamente equivalentes a los valores cuantitativos del Sol. La Divinidad está, exactamente, en la misma medida en lo grande como en lo pequeño. Si Dios se hubiera manifestado únicamente en un grano de arena, éste contendría toda la Creación. Las cosas creadas por lo cambiante y transitorio aumentan y disminuyen continuamente; pero el Espíritu que está detrás de ellas es el número Uno, el total de la Divinidad.
“ÉL ES EL SOPLO Y LA VIDA Y ÉL HA HECHO LOS MUNDOS”
Para lograr el reconocimiento de su Divinidad, establece Dios su Creación y la afirma continuamente en la creación material de las cosas. La conciencia, idea o reconocimiento divino y el fenómeno-voluntad o creación efectiva, forman los pares de opuestos, soplo y vida de la creación. Por consiguiente, no es por la accidental sino por la conciente reflexión de Dios que se hacen las cadenas planetarias.
“PERO ¿QUÉ SON LOS MUNDOS?”
¿Hay diversidad entre la idea de Dios y su materialización? Absolutamente no; la Divinidad una en Sí, indisolublemente, la conciencia y la voluntad, la idea y el fenómeno, el Creador y la Creación.
“SON ÉL MISMO”
El deísmo pone a Dios por encima de su Creación; el panteísmo encierra a Dios dentro de todas las formas. Pero Él no está ni por encima ni dentro de su universo creado. Él es siempre Él.
“ÉL ES UNO; CENTRO DE TODAS LAS COSAS”
La unidad es siempre integral. Todas las partes, como puntos de partida, son el centro. Dios está en todas partes y en ninguna. Si se establecieran dos puntos similares que pudieran ser comparados, no existiría la Unidad Divina.
“ÉL SON DOS: LA MATERIA Y LA CHISPA”
La Unidad se transforma en dual desde el punto de vista humano, dualidad indispensable al hombre para alcanzar la Unidad. Chispa-mente y materia son la misma sustancia y, sin embargo, son dos cosas completamente distintas para la Humanidad.
“ÉL SON TRES: FUERZA PRIMARIA, REFLEJO DE LO GRANDE EN LO PEQUEÑO, ENLAZADOS POR SU SIEMPRE MANIFESTADA DIVINIDAD”
Están aquí descritas las tres cualidades fundamentales del Universo. La Fuerza Primaria es la Mente Creadora; el reflejo de lo grande en lo pequeño es la vida material, la inercia de lo pesado en comparación con la sutileza de lo liviano. El lazo de unión llamado Manifestada Divinidad es la energía foática, el movimiento continuo, el Santo Espíritu que transmuta continuamente por su vibración todos los elementos, manteniéndolos unidos ente sí.
Enseñanza 6: Las Siete Palabras Virtuales
“CUATRO SON SUS EXTREMIDADES: TEOGONÍA, COSMOGONÍA, TEURGIA Y FÍSICA”
La Tríada Sagrada cuando llega a su completa materialización se transforma en el cuadrado, símbolo de la pesantez de la vida humana. Las ideas toman forma y aspectos de dioses o Teogonía; las fuerzas de la Naturaleza, las ideas madres del Cosmos, son veladas bajo los símbolos y las frases oscuras de los génesis de las religiones, o Cosmogonía. Los sencillos movimientos de Foa, que traza sus pasos armoniosos sobre los campos magnéticos de los cielos pierden, al toque de las manos de los hombres, su poder vibratorio y transforman la pura magia blanca de los Constructores Divinos en la magia negra de las razas humanas, o Teurgia. La pureza inmaculada de la materia cósmica, la cual siempre se regenera a sí misma en el Manantial Eterno, se transforma, a la corta visión humana, en experimentos ciegos, en muerte, dolor, vejez y ruina, o Física.
“CINCO SON SUS SABIDURÍAS QUE EL HOMBRE PUEDE ALCANZAR”
El reconocimiento espiritual, mental, energético y material, sólo puede el hombre alcanzarlo por el esfuerzo, poniéndose en marcha, tomando su cruz sobre sus espaldas y transformándola en svástica. En una palabra, al “cuatro”, número material, debe sumársele el esfuerzo individual, para obtener el “cinco”, número del sacrificio.
“SEIS SON LOS SAGRADOS CANDELEROS QUE ALUMBRAN EL ALTAR DE SU TEMPLO: FE, ESPERANZA, CARIDAD; OBEDIENCIA, POBREZA Y CASTIDAD”
Están aquí descritos los seis pasos que ha de dar el alma para llegar a la perfección, simbolizados por los seis aspectos de la Madre Divina.
“PERO, CON EL SIETE FUERON HECHAS LAS DIVISIONES DE TODAS LAS COSAS; HAZ TU CÁLCULO DISCÍPULO, Y TENDRÁS LA CUENTA DEL UNIVERSO”
Si se tuviera un número par, nunca se llegaría a la Divinidad; únicamente por un número par más uno se puede llegar a Dios. Enseguida que las tres cualidades fundamentales, poseedoras de sus respectivos pares de opuestos, se reconocen a sí mismas, poseen el número perfecto, porque son: tres más tres más uno por el reconocimiento.
“OCHO ES EL NÚMERO DE SUS ARMONIAS; CUATRO ARRIBA Y CUATRO ABAJO. DIVINO Y HUMANO, DIA Y NOCHE, PARES DE OPUESTOS QUE SE CONOCEN Y JAMÁS SE ENCUENTRAN”
Este número es indispensable para mantener la armonía entre la Divinidad y la Humanidad. Si no fuera por el reconocimiento del valor del Universo creado, toda alma, al reconocer su Divina Esencia, se fundiría de inmediato en lo Eterno. Es esta armonía la que sujeta una vez más a las almas que suben y les hace desear no conocer tanto, para mantener el equilibrio entre lo que No es y lo que Es.
“NUEVE ES EL NÚMERO DE SUS DIVINOS CONSTRUCTORES, DE SUS DISTRIBUIDORES, DE SUS HACEDORES”
Los tres triángulos perfectos son los verdaderos albañiles del Universo. Por eso, todas las jerarquías creadoras del Cosmos son novenarias: Una mente, una energía, una materia que lanzan la idea; una mente, una energía, una materia que transmiten la idea; una mente, una energía, una materia que la ejecutan.
“DIEZ ES EL NÚMERO DE LA PERFECTA UNION...EL CIELO PACÍFICO, EL NIRVANA SILENCIOSO, EL OLIMPO DE LA REALIZACIÓN”
Todo lo que fue, volverá a ser; lo que partió tendrá que regresar; mas nunca volverá a ser lo que fue. Si Dios Es y siempre Es, nunca deja de ser el Nihilomnia (Nada-Todo), Aquél que No Es.
Enseñanza 7: Símbolos Gráficos
Estos símbolos maravillosos simbolizan el NO SER, EL SER Y NO SER; simbolizan el DESPERTAR y la MANIFESTACIÓN PRIMARIA; simbolizan la CREACIÓN UNIVERSAL y la FORMACIÓN DE LOS SISTEMAS PLANETARIOS; y, finalmente, la HUMANIDAD apuntando el pie sobre el último peldaño, para de allí volver a todo lo indicado y ser reabsorbida en el NO SER.
El primero de estos dibujos, que no hay negros humanos que lo puedan igualar, es el: NO SER.
El segundo de estos signos, igual que el primero, es un cuadrado negro; pero sobre él se ha formado un círculo de una blancura luminosa: SER Y NO SER.
La tercera representación es igual a la segunda, pero en el centro del disco luminoso ha aparecido un punto y es: EL DESPERTAR.
En el cuarto signo, el punto céntrico del disco blanco es más amplio: LA MANIFESTACIÓN PRIMARIA.
En el quinto, una línea horizontal cruza el blanco disco representando: LA CREACIÓN UNIVERSAL.
En la sexta imagen, una línea vertical se superpone a la horizontal y es: LA FORMACIÓN DE LOS SISTEMOS PLANETARIOS.
Por último, del negro cuadrado ha desaparecido el círculo y sólo ha quedado la cruz: LA HUMANIDAD.
Enseñanza 8: NO SER
Si fuese ésta una enseñanza correcta, no podría tener nada, fuera del dibujo arriba diseñado.
Hay aquí, sin embargo, una explicación a esta enseñanza, para que el estudiante pueda comprender por qué el No Ser no puede ser explicado por la mente humana.
Cuando los inmensos cursos, que de eternidad en eternidad propagan la fuerza potencial y activa del Universo, volvieron a abismarse en el seno del No Ser, ¿en dónde quedó relegada la actividad y potencialidad del Dios Creador? ¿Dónde estaban los resplandecientes factores de la energía? ¿Dónde estaban las figuras luminosas de los Dioses Arquitectos?
Nada existía ya.
Todo ha vuelto a su primitivo estado y todo ha sido absorbido en el seno de lo inconmensurable sin duración.
Ni el tiempo existía, porque ¿cómo puede haber tiempo sin duración?
La Mente Universal tampoco existe en lo incondicionado, porque ¿dónde podría caber Ella en aquella inmensidad que no tiene soportes para sostenerla?
Únicamente la tiniebla llenaba la inmensidad sin límites.
Todo dormía el sueño sin ensueños de la Infinidad.
Pero, todas estas frases no son sino pueriles conceptos de lo que carece de palabras para ser expresado.
Cuando se quiere dar una explicación de lo Absoluto, por pura y selecta que sea, se cae inexorablemente en el dogma, en el sofisma, en la especulación.
Estas son ideas que únicamente por abstracción pueden llegarse a intuir, pues ¿cómo penetrarán los seres con mente humana allá donde la mente no existe?
Los Grandes Iniciados, que en las horas de éxtasis llegaron a las orillas del Mar Eterno, desde donde se vislumbra el estado incondicionado de Dios y desde donde muy pocos vuelven al estado de conciencia, jamás tuvieron palabras para expresarlo.
Si todo desaparece en lo Inmanifestado, entonces este estado de No Ser es la suprema aniquilación, es la nulidad absoluta, es el vacío completo.
Así piensa el estudiante ante esta definición.
Pero, ¡maravilla de la Sustancia Eterna! Como de la nada, nada puede devenir, como nada de lo que fue puede desaparecer, así como siempre permanece lo Inmanifestado, simultáneamente, nunca deja de ser lo Manifestado.
Estas etapas de Inmanifestacion y manifestación son líneas que traza la mente humana para explicarse la Esencia en sí y la esencia expresa de Dios. Pero, en realidad, lo manifestado y lo Inmanifestado nunca cambian de aspecto, sino, siempre son. Si cambiaran existirían dos dioses conjuntamente.
Es similar al ser que cree que ha recorrido un trozo de camino en el período de tiempo que la duración de su existencia le ha dictado. ¿Qué ha hecho sino soñar con los ojos abiertos sobre su propia ilusión?
La ilusión de ayer es la duración de tiempo de hoy y el hombre comprende que el ayer y el hoy no son sino veleidosos reflejos de su imaginación mental; pero, vence al tiempo y a la duración y vive la magnificencia de la hora presente, del momento Eterno.
Dice bien un filósofo contemporáneo: “Si queréis ser felices, olvidad vuestro pasado y no os preocupéis por vuestro porvenir; sino, vivid plenamente el momento presente”.
El ser vive simultáneamente la ilusión y la hora abstracta.
La una nada ha quitado a la otra y, sin embargo, los dos aspectos, ilusión y realidad, manifestación e Inmanifestacion, están siempre tan estrechamente unidas que nunca pueden ser separadas.
Enseñanza 9: SER Y NO SER
El Absoluto, el “Ser y No Ser”, es la imagen que la mente limitada del hombre puede hacerse del No Ser; mientras que el Ser, es todo lo existente, toda la maravillosa variabilidad y continua transformación de la Gran Obra.
Pero las mentes humanas nunca pueden llegar a un concepto claro de lo que es lo Condicionado y lo Incondicionado. Se pasa de un borde a otro del abismo y se enreda, ya sea en una pesimista negación o en una materialista afirmación.
Unos afirman que todo es ilusión y, entonces, la vida ya no tiene objeto; mientras otros siempre giran alrededor de dos principios paralelos que jamás se encuentran, cayendo en el dualismo y en el materialismo.
Únicamente la unión armónica de estos dos grandes ideales filosóficos puede traer la armonía de una clara comprensión y visión espiritual de lo Absoluto y de la Creación Universal.
Lo Absoluto, que por sí no puede tener atributos ni definiciones, se afirma en todo lo existente y es lo que se intuye tras todas las transformaciones de la vida.
El culto a lo Eterno y el culto a la Madre Divina, rodeada de millares de Dioses, son uno: Ser y No Ser.
Pero, ¿cuándo se produce y en qué lugar se efectúa el gran cambio?
¿Cuándo el No Ser deviene a ser el Ser?
¿Es acaso el Espíritu o el mundo espiritual el estado de No Ser? No.
El Espíritu, cuando llega hasta Aquél, no puede ser Espíritu.
Entonces ¿el No Ser es el vacío y la nada? No.
Si el aliento existe en la Eternidad, todas las cosas permanecen en Él, en la obscuridad, “fuerza astringente y comprensiva”, como le llama Fabre d’Olivet.
Dice Plotino: “Quitémosle todas las cosas, no afirmemos nada de Él, no mintamos diciendo que hay algo en Él y dejémosle Ser, sencillamente”.
Más adelante, también en sus escritos, llama al estado incondicionado, “No Ser", "oscuridad y silencio”.
Pero ¿quién podrá describir cómo y cuándo esta profunda y astringente oscuridad abre su esencia a la manifestación con números, medidas y detalles?
Los antiguos sistemas filosóficos han dado los cálculos del Universo. ¿Son exactos o no? Todavía es esta una cuestión a resolver, pues la mente humana mezcla lo real con lo irreal y confunde el simbolismo con la realidad.
Los hindúes dicen: “Así como después del día, el velo de la noche oscurece y envuelve todas las cosas, lentamente termina el ciclo de los tiempos y, como por siete Eternidades se manifiesta, así también descansa la inmensidad por otras siete Eternidades. De la Manifestación se ha pasado ahora a la Inmanifestación”.
Pasado cada ciclo inmenso, lo que existía en el seno oscuro de lo Eterno, vuelve a despertar y visiblemente se manifiesta a la vida en otros siete ciclos inmensos.
En la aurora del nuevo día cósmico, tras de una alborada, que como un suave velo producido por el Aliento Eterno, vuelve a despertar la vida a la existencia, empieza la nueva Manifestación.
¿Deja por eso de existir lo Incondicionado? No.
Él siempre Es. Él siempre Fue. Él siempre Será.
Estos cambios periódicos de actividad y descanso cósmicos no son sino figuras que la mente humana ha producido para conocer algo del Secreto Eterno.
Lo Incondicionado sin condición no existe, porque entonces no sería más que la nada.
El trutis del descanso universal es el momento en que lo ignoto se reconoce a sí mismo.
El sueño cósmico no es la nada, sino lo Eterno que absorbe todas sus fuerzas en Sí mismo, para expandirlas luego, en una nueva era de creación, por el espacio.
Inmenso y grandioso concepto éste, que el hombre no puede comprender, ni aún el más puro, sino únicamente intuir, pues está más allá de todo lo que Es.
Dios es Ser y No Ser, Manifestación e Inmanifestación, personalidad e impersonalidad, esencia en el sueño de la Eternidad y sustancia en el día de la vida.
Algún día, todo lo que Es, todos los sistemas planetarios, al toque de clarín de la noche larguísima del ocaso misterioso, volverá al seno de la Madre Divina que los vio salir de Sí, como sale el vapor de las aguas por la acción de los rayos solares, para volver al seno de la Eternidad.
Sin embargo, ¡oh Milagro Eterno tan difícil de comprender!, nada ha dejado de existir ni dejado de ser en ningún instante.
Enseñanza 10: Cronología Hindú
Cuando, según la expresión de Helena Petrovna Blavastky, “lo Absoluto durmió una vez más envuelto en sus invisibles vestiduras por Siete Eternidades”, se entiende por vestiduras, a Dios como Manifestación. La Manifestación Divina, que en realidad no tiene separación de lo Incondicionado, se expresa en el Universo dividido en tres grandes etapas.
La primera es la raíz universal, Espíritu en Sí, causa y raíz primera del Universo; para la mente humana allí es noche todavía. Los Indos la llaman Mulaprakriti.
La segunda es Espíritu y materia; la vida y la existencia; el Espíritu del Universo y la materia toda; Purucha y Prakriti; el ciego de fuertes piernas que lleva sobre sus espaldas al tullido que le indica el camino. Hes y Ahehia. La Madre que duerme y la Madre que vela.
La tercera es el Alma Universal, la Mente del Cosmos, Mahat; es la ideación creadora, el movimiento energético y la esencia inteligente de la materia.
Los Vedas llaman al tiempo de Inmannifestacion Gran Pralaya y al tiempo de Manifestación, Manvantara. Un período cíclico es un Kalpa y todo un período universal es un Maha Kalpa.
Los Hindúes dividen el tiempo de la siguiente manera:
150 trutis (parpadeos) = 1 segundo.
1 ghari = 24 minutos.
2 gharis = 1 mahurta = 48 minutos.
30 mahurtas = 1 día.
1 pitrya = 1 mes.
1 daiva = 365 días, 5 horas, 30 minutos y 31 segundos (un año) aproximadamente.
1 “año” daiva = 360 daivas.
1 chatur yuga = 12.000 “años” daiva = 4.320.000 daivas.
Un chatur yuga comprende:
1 satya yuga = 4.800 “años” daiva = l.728.000 daivas.
1 treta yuga = 3.600 “años” daiva = 1.296.000 daivas.
1 dvapara yuga = 2.400 “años” daiva = 864.000 daivas, y
1 kali yuga = 1.200 “años” daiva = 432.000 daivas.
------------------------------------------------
12.000 “años” daiva = 4.320.000 daivas
1 Brahma-dina (día de Brahma) = 1.000 chatur yugas = 4.320.000.000 daivas.
1 Brahma-ratri (noche de Brahma) = 4.320.000.000 daivas.
Al día de Brahma, período de manifestación, se le llama también Manvantara; se opone a la noche de Brahma, período de reposo o Pralaya.
1 kalpa (1 día y 1 noche de Brahma) = 2.000 chatur yugas = 8.640.000.000 daivas.
1 año de Brahma = 360 kalpas = 3.110.400.000.000 daivas.
100 años de Brahma = 36.000 kalpas = 311.040.000.000.000 daivas.
Enseñanza 11: El Génesis
El Génesis explicado a la luz de la Sabiduría Divina es de gran utilidad para ver el concepto único que tenían los Grandes Iniciados de la Creación Universal.
Están aquí explicados los diez primeros versículos del capítulo primero del Génesis.
En el principio creó Dios los cielos y la tierra.
Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la haz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la haz de las aguas.
Y dijo Dios: Sea la luz y fue la luz.
Y vio Dios que la luz era buena y apartó Dios la luz de las tinieblas.
Y llamó Dios a la luz Día y a las tinieblas llamó Noche; y fue la tarde y la mañana un día.
Y dijo Dios: Haya expansión en medio de las aguas y separe las aguas de las aguas.
E hizo Dios la expansión y apartó las aguas que estaban debajo de la expansión, de las aguas que estaban sobre la expansión; y fue así.
Y llamó Dios a la expansión Cielos; y fue la tarde y la mañana el día segundo.
Y dijo Dios: Júntense las aguas que están debajo de los cielos en un lugar, y descúbrase la seca; y fue así.
Y llamó Dios a la seca Tierra, y a la reunión de las aguas llamó Mares; y vio Dios que era bueno.
Al establecer la Biblia un principio, un punto de partida dentro del espacio y del tiempo, establece, desde ya, una existencia pregenésica de Dios. Esta existencia, anterior, no puede ser conocida por la mente humana, pues Dios en su raíz indiferenciada es lo incognoscible, lo Incondicionado: No Es.
Después de la diferenciación cósmica establecida por las palabras: “En el principio”, recién se nombra a Dios como creador, pues la Manifestación Divina aparece al establecerse, si así se puede decir, la diferencia entre lo no cognoscible de lo aparentemente cognoscible.
Todo el Universo fue hecho por Dios, emanó del seno de Dios. Los cielos son toda la manifestación cósmica, toda la Rueda del Tiempo, desde el principio hasta el fin, con todos sus sistemas planetarios.
Al decir la palabra “tierra” se entiende que el Génesis quiere explicar especialmente la formación de nuestro sistema planetario, pues sabiendo la historia de la formación de un sistema planetario, se sabrá la historia de la formación de todos los demás sistemas.
La Masa-madre, sustancia primordial, espíritu-materia y alma del cosmos, es la vida en potencia.
Al decir la palabra “desordenada”, se establece el aspecto potencial de la sustancia primordial; la palabra: “y vacía”, establece que en el universo no existe el vacío pues el vacío es la matriz de la vida en potencia.
Las tinieblas es el Espíritu en Sí, la Raíz del Espíritu es para la mente humana profundas tinieblas. San Dionisio Areopagita le llama Rayos de tinieblas. Todo el universo está trazado pero no conocido.
“La haz del abismo” significa que ya este plano ha sido trazado sobre la Substancia Primordial. Está, por decirlo así, el universo dentro de Dios en el momento de ser manifestado.
El Espíritu de Dios es el Espíritu universal. Dios ya se ha separado de su universo. Hay una diferencia entre la palabra estaban y la palabra se movía; estando Dios como tinieblas sobre la haz del abismo su movimiento es de retención; pero moviéndose sobre la haz de las aguas su movimiento es de extensión.
El abismo ya es llamado aquí las aguas, porque la substancia primordial, bajo el soplido energético de Dios, se ha transformado en Vida.
La imagen del Creador está desde el principio hasta el fin. Dios es distinto de su universo, pero vive dentro de su universo. En donde la mente del hombre no puede penetrar Dios es las tinieblas; en la magnificencia de su manifestación Dios es el purísimo Espíritu; en la conservación de su universo Dios es el Dador de la vida, la Vida misma.
Dios Es; al Ser impregna el universo de su pensamiento y su pensamiento es la luz del universo.
El pensamiento Divino es la energía del universo. Y al decir: “Fue la luz”, se entiende que hasta el más pequeño átomo está iluminado por la luz divina, es conocido por Dios.
El reconocimiento de Dios como Creador de Sí Mismo está aquí afirmado. Dios se espeja en Sí Mismo; las tinieblas emanan la luz y vio Dios que la luz era buena; Dios, tiniebla, ve que la luz, manifestación, Su Obra, era buena. Enseguida que la mente Divina ha ideado el universo quedan disipadas las tinieblas y Dios queda encerrado dentro de su Plan Divino, dentro del radio de luz que ha sido reflejado por Él mismo.
Dios es la unidad, luz y tinieblas son una misma cosa pero, aparentemente, visto desde el plano de la creación, la luz y las tinieblas son la dualidad divina.
La dualidad de Dios es la fuerza potencial y activa del universo. La expansión del universo es un manvantara, un día cósmico; cada vez que Dios emite de Sí Mismo su luz es un verdadero día luz universal.
La manifestación divina o actividad va seguida de un período de descanso potencial. Dios, después de haber lanzado toda su luz y sostenido el universo por todo un día cósmico, vuelve a reabsorber todas sus fuerzas en Sí Mismo. Las tinieblas son la imagen del descanso cósmico y la noche indica este período de descanso; el pralaya que sigue al manvantara.
Durante la manifestación cósmica ésta se sostiene por los cambios continuos y repetidos; por un continuo devenir. La tarde es la destrucción, la muerte, la disolución; la mañana es el principio, la creación, la expansión; un día es la luz de Dios, la idea divina, la eterna conservadora del universo.
Las aguas, substancia primordial, son agitadas por Dios, Espíritu Universal y así se efectúa en medio de ellas la expansión o vida.
Las aguas, vida del universo, reflejan la imagen del deseo divino continuamente y forman los millones de mentes que trabajan en el universo. Su movimiento engendra la energía; y la energía da forma a la materia. “Y separó las aguas”, es la energía; “de las aguas”, es la materia.
La expansión es el círculo hipotético que Dios traza en el universo, para que dentro de él se desarrolle la creación.
El círculo hipotético de la creación universal se refleja en Sí Mismo, lo potencial continuamente se vuelve activo; la expansión de arriba es el aspecto potencial de la creación y la expansión de abajo su parte activa. El punto más cercano a Dios, más sencillamente, la vibración más sutil, más oscura, más difícil de captar, es la parte más potencial de la substancia primordial, expansión de las aguas de arriba; y la parte que emana de esa fuerza potencial es la parte activa, aguas de abajo. La vibración activa, a su vez, es potencial para otra vibración más densa y así sucesivamente hasta lo infinitesimal.
Él "fue" así es una palabra que tiene un valor afirmativo extraordinario, como si marcara una ley matemática ineludible.
El Génesis no hace diferencias a la expansión, y llama, sencillamente expansión a todo el espacio vacío, a toda la substancia primordial diseminada dentro del universo, a toda la expansión le llama, Dios, cielos.
“Día segundo” es imagen de la substancia primordial en su manifestación de vida; dentro del espacio vacío, substancia primordial, cielos, se van a coagular las vidas planetarias.
“La tarde y la mañana” es la balanza de la creación; la creación y la destrucción, factor de la conservación del universo.
Cada vez más la substancia primordial se va densificando hasta que aparecen los cuerpos planetarios. En un lugar: el ritmo, la medida, es en el universo la primera ley, el compás de la creación.
Los cuerpos planetarios, al diferenciarse de la substancia primordial, aparecen dentro de ella misma como una substancia distinta, sin serlo.
El satélite más denso de la Rueda Planetaria, aquél que se establece en el cenit de la rueda, es la Tierra, la morada de la vida humana.
Un satélite planetario no puede estar nunca formado con un solo elemento; la reunión de las aguas, que Dios llama mares, son los elementos que mantienen el elemento terrestre: agua, aire y fuego.
Al cumplirse la primera Cadena Planetaria, al ver la obra cumplida, a eso el Génesis le llama “ser bueno”.
Enseñanza 12: El Despertar
Empieza la aurora de un nuevo día de existencia cósmica.
Así como el alba disipa la oscuridad de la noche y va extendiendo apaciblemente los velos luminosos del día por el espacio inmenso, así el “No Ser” deviene a “Ser”.
El alba es una imagen microscópica de la gran alborada del día manvantárico.
En las profundidades sempiternas de lo Incondicionado, en las tinieblas profundas, un rayo solitario ha sido generado y emitido.
De ese punto primario o Espíritu Raíz surge la Inmaculada Madre, la creada por Sí Misma, la siempre Sola.
El Espíritu en Sí ha plasmado la Substancia Primordial; ambos son Espíritu-Substancia:
1. Espíritu en Sí
2. Substancia Primordial
3. Espíritu-Substancia
Este triángulo representa al Ternario del Espíritu Potencial.
El Espíritu en Sí se refleja en el Universo como Alma del Cosmos, generando la vida:
1. Espíritu Universal
2. Alma del Cosmos
3. Vida
Este triángulo representa el Ternario del Espíritu activo.
La Vida es Espíritu-Mente, Materia y Energía:
1. Mente
2. Materia
3. Energía
Este triángulo representa el Ternario del Espíritu-Mente.
Una inconmensurable vibración ha sacudido el Seno Eterno.
La obscuridad surge de la obscuridad, y la obscuridad que surge de aquellas Tinieblas Inmanifestadas, al ser revelada, emana la Luz: Fue hecha la Luz.
Tinieblas y Luz se espejan en sí mismas, produciendo la apariencia manifestadora.
Es el solemne momento del Despertar: El Espíritu de Dios, Madre Potencial del Universo, obscuridad nacida de las Tinieblas, aleteaba sobre la haz de las aguas, Espíritu Universal y Madre de la actividad.
El puro bloque de Luz, Oro Místico, brilla en las incontaminadas aguas silenciosas del Río Eterno.
El pensamiento del Alma Cósmica, ha producido la diferenciación.
Como un brote maravilloso, el Espíritu del Universo, el vientre de la Divina Madre se ensancha de adentro hacia afuera y se invierte, esparciendo las gotas de su sangre inmaculada por el espacio infinito, creando las maravillosas cadenas de los Seres Constructores del Universo.
Al ser emitido el rayo solitario, al producirse la Vibración Eterna, quedan manifiestas la tiniebla y la luz, el espíritu y la substancia, la oscuridad hiende la luz; Dios deposita en el vientre purísimo de la Madre, en la matriz inmaculada de Ella, el germen de la Vida Universal. En la matriz del espacio ilimitado se forma el Huevo Cósmico, fuente de toda existencia.
La Sustancia Primordial, o materia, que había permanecido en el seno de la Madre en forma indiferenciada y potencial, se centraliza.
La Sustancia Primordial no es el éter de la ciencia actual, pues este éter es sólo una modalidad de ella; es, en cambio, el éter cósmico, la materia en su estado originario y homogéneo.
Esta sustancia universal, Alma del Cosmos, es el akasa de los sabios hindúes; es el abismo de las antiguas teogonías, en donde el vacío no existe; son las aguas de la Creación bíblica.
Esta sustancia cósmica permanece en estado uniforme e incondicionado mientras el Espíritu de la Manifestación está reconcentrado en sí mismo como Espíritu en Sí, pero cuando es la hora de la Manifestación plena o activa, la Luz Divina inunda por completo la Sustancia y brota la Vida.
El concepto de que los mundos fueron hechos por el Soplo Divino es maravilloso porque, en verdad, cuando el Espíritu Divino se manifiesta toda la Sustancia Universal se anima y vive.
Ella es tan divina y eterna como el Espíritu. Sólo su forma es variable y perecedera.
El despertar de la vida no es más que la consciente acción del pensamiento universal, que astringe las primordiales sustancias en un movimiento ordenado y rítmico.
El Pensamiento Universal se fija sobre la Sustancia Cósmica y el resultado de esta fijación es el movimiento astringente.
El Pensamiento Divino ha mirado a la Sustancia o Alma Cósmica, y esto saca a la misma de su uniformidad, dividiéndola en formas compactas y similares entre sí, que empiezan a moverse por esa atracción del pensamiento, en un movimiento rítmico.
Los átomos universales, despertados por el pensamiento universal, se separan y corren a reunirse, a distribuirse, a numerarse, para constituir las formas.
La Sustancia Primordial se divide, ya, en sus tres místicas partes: Mente, Energía y Materia.
Una vez que la sustancia cósmica se ha esparcido, empieza el ritmo; el ritmo hace la ley; la ley, la duración; la duración, el tiempo; y el tiempo la limitación.
Y el ritmo o movimiento, por la rapidez, engendra la forma.
Enseñanza 13: La Manifestación Primera
En la bóveda celeste la expansión ha disipado la tiniebla y ha empezado la maravillosa carrera de la Creación, de la Manifestación Primera.
Con tres puntos trazados en el espacio virgen se hace esta Manifestación:
1. Espíritu en Sí
2. Sustancia Primordial
3. Espíritu-Sustancia
Se traza el primer círculo -el círculo es un punto- y se forma el Huevo Único.
Se puede intuir aquí la existencia potencial de la Creación detrás de la cáscara del Huevo, Espíritu puro aún absorto en Sí; se presiente que palpita el rápido movimiento de la Sustancia y que de esta unión entre el Espíritu y la Sustancia del Cosmos surgirá el Universo Manifiesto.
Se traza el segundo círculo y se diferencia en el Huevo -cual la película- el Espíritu en Sí de la Sustancia Primordial.
En lo potencial no hay diferenciación entre Espíritu y Sustancia, pero se presiente; y se conocerá claramente en el estado activo.
Se traza el tercer círculo, yema del Huevo.
El Espíritu en Sí es Espíritu Potencial, la Sustancia Primordial es Sustancia Potencial. A su autoconocimiento se le llama Espíritu-Sustancia.
El primer círculo fue trazado en el Universo.
Espíritu y Sustancia se han besado en los reflejos de la oscuridad y de la luz. Y la tiniebla fue disipada.
Pero si bien la luz ha disipado la tiniebla, la tiniebla nunca dejará de ser lo que es.
El círculo primero de la Manifestación es el Huevo maravilloso donde se gesta el Hijo de la Siempre Virgen.
El Primogénito está por nacer.
El Huevo Cósmico es el símbolo del círculo que la esencia Una traza en el espacio y dentro del cual aparecerá toda la Creación Universal.
¿Cuál es el nombre del Primer Nacido?
¿Cómo es su forma y cuál su especie?
Misterio profundo que sólo será revelado al alma en el Gran Día en que pueda cruzar el límite sin límites.
En la mañana silenciosa de la Creación, en la inmensa soledad donde un imperceptible aletear anuncia ya la vida, Él está por nacer de si mismo; cuando Él nazca se verá, al verse se conocerá y al conocerse se hará el Dios Personal.
El segundo círculo fue trazado en el Universo.
Como es arriba, así es abajo. Si bien habrá diferenciación entre Espíritu y Sustancia, en ningún momento Espíritu y Sustancia serán separados.
Según el acercamiento de la vibración creadora a su Punto Laya o Potencial, así es la aproximación de la Sustancia al Espíritu.
El tercer círculo se ha trazado.
Dentro del Huevo, el Espíritu en Sí y la Sustancia Primordial se conocen a sí mismos; y por el reflejo de estos autoconocimientos se gesta allí el Universo.
Si en el día del descenso estuvo escrito sobre el círculo: “No pasarás”, en el día del Gran Regreso estarán escritas las palabras: “Ven con nosotros”.
Otra vez es la vuelta a la Esencia Pura, a la Madre Divina.
Y al Padre, el Incondicionado Ser.
Los tres puntos o círculos potenciales reflejan a su vez, proyectan a su vez, sobre el Universo, los límites de la Manifestación Activa y Creadora.
1. Espíritu Universal
2. Alma del Cosmos
3. Vida
Se traza el primer círculo y el Huevo Único se quiebra para mostrar toda la Creación Universal.
La potencia ha dado vida a la acción cósmica, a la acción única.
Se traza el segundo círculo.
El Espíritu Universal se ha envuelto en un velo, como la yema del huevo está envuelta en la clara; y ésta es su única vestidura, el Alma del Cosmos.
Sin el Alma del Cosmos, el Espíritu Universal no podría trazar el tercer círculo, no podría generar la vida única.
En el abismo insoldable de lo eterno, el Espíritu en Sí reflejó su oscuridad y limitó las tinieblas. Su reflejo fue Luz y Espíritu Universal; y del contraste de las tinieblas y de la luz surgió el tercer triángulo.
1. Mente
2. Materia
3. Energía
Se traza el primer círculo y nace el Primer Nacido, la primera vida, Aquél que todo lo contiene, la Mente de Dios.
Él es el Andrógino Divino, Él es Ihes, Él es el Dios Personal.
Si se niega la idea del Dios Personal, hay que negar la idea del Dios extracósmico, porque Aquél que no tiene número, ni medida, sólo puede ser explicado por un número único y una medida perfecta. Además, no existe en realidad un Dios extracósmico y un Dios Personal, porque serían dos dioses, sino un solo Dios que la mente divide al no poder captar plenamente como Manifestado y al no poder intuirlo como Inmanifestado.
Este Primer Nacido, Mente de Dios, es el número único y la medida perfecta.
Pero, cómo refleja en su Mente la luz de su Padre, Espíritu Universal, y las tinieblas de su Madre, Espíritu en Sí, tiene fijos en su Mente los tres principios de su Creación, los cuales emanan de su Mente como los tres Principios Creadores Universales.
Se traza el segundo círculo.
La Mente Divina refleja su existencia y su reflejo es Energía y Materia. El Andrógino Divino se ha vuelto hombre y mujer, Mente y Materia.
El Dios se ha hecho Satán; la Vida, muerte; y el Verbo, carne.
Se traza el tercer círculo, el cual es el conocimiento de la Mente y de la Materia, o movimiento. El movimiento es la Energía del Cosmos.
La Mente Divina, que conoce a los tres Creadores, sabe que éstos son los principios potenciales, que se han descripto, reflejándose como tres agentes activos animados por el Espíritu Único.
Este conocimiento de la Mente Divina crea a los siete Constructores, los siete torbellinos ígneos de la Energía Cósmica.
Ya van a empezar su trabajo.
La Mente, la más noble modalidad de la Sustancia Primordial, moldea y moldea.
La energía transporta de un punto a otro, a los ángulos de la Vida, sus antorchas encendidas y va tejiendo la sublime tela de araña en que quedarán presos los nueve Arquitectos del Universo.
Y la Materia, como un inmenso océano de lava ardiente, está dispuesta ya para que las Huestes trabajen en ella la formación de todas las Ruedas.
Enseñanza 14: La Creación Universal
Tres creadores, siete Constructores y nueve Arquitectos hacen el Universo.
La Madre Divina envuelve con su místico velo a su Primer Nacido y, dentro del inconmensurable círculo, los poderes cósmicos, marcando pesos, forman las esferas invisibles sobre cuyas hipotéticas superficies, puntos ceros, centros layas cósmicos, se fijarán las innumerables estrellas de los sistemas planetarios.
La frase “marcando pasos” se usa para indicar el descenso paulatino de los grandes principios cósmicos a los elementos materiales. El mismo significado tiene la expresión de que la Madre Divina envuelve en sus velos a su Hijo; porque Hijo es en este caso el Espíritu Manifestado y los velos de la Madre son los principios cósmicos que lo envuelven, que lo aprisionan, para que se manifieste en un estado de vida inferior o sistemas planetarios, que Él mismo ha ideado.
Una vez que el Supremo Creador ha ideado el Universo, ya no puede retroceder, porque enseguida se constituye la Ley; y para destruir la Ley hay que cumplirla.
Los tres Creadores son: Espíritu en Sí, Espíritu Universal y Mente.
1. Espíritu en Sí
2. Espíritu Universal
3. Mente
Esta trinidad superior se refleja en una trinidad inferior.
El acto instantáneo de reflejarse un triángulo en otro es el lazo de conexión; con estos seis vértices más el punto de unión, se forman los siete Constructores Universales. Estos son los siete tatwas cósmicos.
El Primer Creador es Espíritu en Sí, Suprema Felicidad, el Ananda de la Vedanta. Él es el Centro Laya, Espíritu Potencial del primer ternario de los Constructores. La Tríada de la Conciencia Cósmica.
La primera Cohorte de los Constructores, o Primer Rayo, circunscribe la conciencia del Ser.
La segunda Cohorte expande la conciencia del Ser dentro del campo circunscripto.
La tercera Cohorte establece esta conciencia.
El segundo Creador es Espíritu Universal, Alma del Mundo, fuente de todo dolor y de todo amor; es el espíritu activo del segundo ternario de los Constructores. Es la Divina Encarnación sobre la tierra.
La cuarta Cohorte de los Constructores es la Voluntad Creadora.
La quinta Cohorte es la relatividad de esta Voluntad, aplicada a los distintos estados de evolución.
La sexta Cohorte es la individualidad, la personalización de la Voluntad.
El tercer Creador es Mente del Cosmos, y es Espíritu de la séptima Cohorte de los Constructores, los Constructores de la existencia objetiva.
1. Conciencia del Ser
2.Expansión de la Conciencia
3. Estabilidad de la Conciencia
4. Voluntad Creadora
5. Voluntad relativa
6. Voluntad Individual
7. Existencia (punto central)
Los Constructores, durante todo un ciclo de Manifestación, contribuyen al desenvolvimiento de las Ruedas Planetarias y permanecen activos, aunque invisibles, en el escenario universal.
Los que tienen visible ingerencia en la sistematización de las Cadenas Planetarias son los poderes que emanan de los Constructores: los nueve Arquitectos.
Estos Seres Divinos han evolucionado ya extraordinariamente en un ciclo de manifestación anterior y surgen nuevamente a la vida, o despiertan del sueño eterno, cuando está dispuesta y trazada por los Constructores la Labor Universal.
Despertar, en este caso, no quiere decir que hayan olvidado su estado de conciencia durante el sueño, porque estas grandes Huestes no pierden la claridad de su conciencia durante la noche cósmica.
El despertar es, para Ellos, el logro del fin propuesto.
Las Huestes de los Arquitectos son nueve. Se denominan y distribuyen como sigue:
El primer Creador y el primer Rayo Constructor son Espíritu Potencial de la primera Hueste o Arquitectos del Número.
El primer Creador y el segundo Rayo Constructor son Espíritu Potencial de la segunda Hueste o Arquitectos del Sonido.
El primer Creador y el tercer Rayo Constructor son Espíritu Potencial de la tercera Hueste o Arquitectos de la Línea.
El segundo Creador y el cuarto Rayo Constructor son Espíritu Activo de la cuarta Hueste o Arquitectos del Pensamiento.
El segundo Creador y el quinto Rayo Constructor son Espíritu Activo de la quinta Hueste o Arquitectos del Lenguaje.
El segundo Creador y el sexto Rayo Constructor son Espíritu Activo de la sexta Hueste o Arquitectos de la Forma.
El tercer Creador y el séptimo Rayo Constructor son Vida existente de la séptima Hueste o Arquitectos Estelares, de la octava Hueste o Arquitectos de la Humanidad y de la novena Hueste o Arquitectos de la sombra.
Corresponden en la Teología Cristiana, a las nueve Jerarquías del Coro Celestial:
Primera: Querubines.
Segunda: Serafines.
Tercera: Tronos.
Cuarta: Dominaciones
Quinta: Virtudes.
Sexta: Potestades.
Séptima: Principados.
Octava: Arcángeles.
Novena: Ángeles. Enseñanza 15: La Formación de los Sistemas Planetarios
La gran Obra de la Creación está hecha; las inmensas llamas cósmicas se han ido ordenando una tras otra, formando así, paulatinamente, las innumerables Cadenas Planetarias.
Estas ruedas de mundos, ¿tienen un número definido, o son incalculables?
¿Es el Universo Creado un círculo que se ensancha indefinidamente o es una curva limitada y definida?
Si para la mente humana, tan limitada, el Universo es ilimitado y son innumerables los sistemas planetarios, para el Espíritu, el Universo tiene límites y medida.
Únicamente el Eterno en su aspecto incondicionado es el Sin Límites; sólo el No Ser es el Sin Número y únicamente con la Manifestación Primera empieza la numeración.
El espacio es un inmenso océano de materia primordial en fusión, en el cual está el substratum de todos los elementos.
En este mar inconmensurable de sodio, de calcio, de radio, de fuego etéreo, de vibraciones magnéticas, de partículas mentales, se condensan los elementos fundamentales alrededor de los principios eternos de la vida.
Las inmensas nubes atómicas fluctúan como grandes islas por los espacios interestelares.
La Vía Láctea, sustancia espermática de Dios, se forma mientras el polvo ígneo y los ultra potentes rayos cósmicos ondulan y giran vertiginosamente por todos los ámbitos del Universo. Y tras de estas fuerzas primeras, de estos poderes básicos, siempre se encuentra activo el vivificante Espíritu, las incalculables Huestes de inteligencias que construyen las Cadenas Planetarias.
Las partículas mentales del Cosmos son como ondas que vibran en las profundidades siderales, recolectando el polvo cósmico y la Materia Primordial, para llevarlos al fin propuesto.
Los torbellinos ígneos o Energía Cósmica, vivificados por la idea directriz, cargan y distribuyen la Materia Primordial; y, por el movimiento, forman las nubes cósmicas, material básico para la formación de las Cadenas Planetarias.
Estas inmensas nubes estelares son masas ardientes y luminosas que giran vertiginosamente sobre sí mismas, apoyadas, por así decir, en el polo cenital de la esfera hipotética, trazada de antemano por los Constructores como una inmensa rueda magnética.
Cuando la nube estelar desprende de sí su primer nacido, éste es lanzado al centro de la rueda y, si bien resplandece como su Madre, no arde como Ella; Él es el simbólico número oo; Él es el astro rebelde y, sin embargo, director de sus hermanos y de la rueda en donde ha nacido. Él es el Sol.
Él es Ahahihaka.
Se puede observar aquí la diferencia existente entre la teoría de Laplace, en la cual se supone que de las masas solares se desprenden los planetas, todavía sostenida por los astrónomos actuales, y la teoría esotérica, que sostiene que el sol no es sino el primer lanzado de una masa primitiva.
Asimismo, contrariamente a las teorías corrientes, afirma la Ciencia Esotérica que los soles resplandecen, pero no arden; son astros oscuros y fríos, que absorben el calor del éter universal, como si se dijera que viven de la leche de la Madre y la utilizan para sus particulares sistemas.
Posteriormente, de la Masa Madre se desprenden los otros hijos o planetas, que se van colocando sobre la rueda y giran alrededor de su hermano mayor, atrayéndose y rechazándose unas veces, armonizando entre sí, otras.
Enseñanza 16: La Humanidad
Tras cada átomo, cada forma, cada ser, está una conciencia.
Tras cada Rueda Planetaria, cada astro, cada sol, cada mundo, está un ser vivo.
Las Grandes Entidades Cósmicas bajan lentamente hasta las densas formas materiales, mientras las conciencias vivas que rigen los elementos más densos, suben paulatinamente hasta encontrarse y fundirse con la Humanidad.
Son los ángeles que suben y bajan por la gran escala, desde el cielo a la tierra y desde la tierra al cielo, según la profética visión de Jacob.
Al decir aquí Humanidad no se hace referencia a los formas del hombre actual ni a la de nuestro sistema planetario en particular, sino a cualquier cadena humana que, en cualquier parte del Universo, haya alcanzado o esté por alcanzar, el equilibrio entre el espíritu y la materia.
Algunas Escuelas Esotéricas enseñan que en nuestra cadena planetaria alcanzaron los hombres este punto de equilibrio perfecto en la Cuarta Raza Raíz de la Cuarta Ronda.
El hombre, en nuestra cadena planetaria, aún no ha alcanzado plenamente el estado de perfecta humanidad, sino que está por alcanzarlo en las postrimerías de la Quinta Raza Raíz.
Para que la Humanidad sea perfecta, la balanza ha de permanecer inmóvil; no sucederá esto mientras valores contrarios la hagan oscilar, aún sea ligeramente.
El conjunto de este movimiento universal se llama Ired.
Los Divinos Creadores con tres grandes pasos descienden hasta la materia; con tres grandes pasos las conciencias se elevan hacia la plena manifestación de la vida y también con tres grandes pasos se ordena la Humanidad, enlazándose con la Divinidad.
Este descenso, esta evolución y esta ordenación ternarias no se producen en línea recta, sino describiendo una circunferencia, con un movimiento dual de adherencia y de resistencia. Este movimiento dual tiene simultáneamente otros siete movimientos de progresión y de regresión, de atracción y repulsión, circular y en espiral, y un séptimo, resultante de los otros y fijador del movimiento en donde las Constructores y Arquitectos plasman, dividen y asocian la Sustancia Cósmica.
ÍNDICE:
Enseñanza 1: La Palabra Hes
Enseñanza 2: Definiciones de las Palabras de Hes
Enseñanza 3: Explicaciones de las Nueve Primeras Palabras
Enseñanza 4: Las Diez Palabras de la Creación
Enseñanza 5: Las Ocho Palabras Planetarias
Enseñanza 6: Las Siete Palabras Virtuales
Enseñanza 7: Símbolos Gráficos
Enseñanza 8: NO SER
Enseñanza 9: SER y NO SER
Enseñanza 10: Cronología Hindú
Enseñanza 11: El Génesis
Enseñanza 12: El Despertar
Enseñanza 13: La Manifestación Primera
Enseñanza 14: La Creación Universal
Enseñanza 15: La Formación de los Sistemas Planetarios
Enseñanza 16: La Humanidad |